Expertos desarrollaron una temporada de campo en el complejo funerario donde estuvo el gobernante de Lakamha’, K’inich Janaab’ Pakal, ubicado dentro del Templo de las Inscripciones, en la Zona Arqueológica de Palenque. Derivado de ello, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emprenderán nuevos estudios y trabajos de conservación.
Este año se cumplen 71 años del hallazgo de su sepulcro y mil 340 de su fallecimiento, por lo que como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) se han emprendido nuevos estudios encaminados a la limpieza físico-química de su lápida en este año.
El equipo estuvo coordinado por la restauradora Haydeé Orea Magaña y el químico Javier Vázquez Negrete, formado también por los restauradores Jorge Coraza Borjas y Karen Limón Torres, quienes realizaron pruebas para generar una propuesta de limpieza de la lápida de Pakal.
Una losa de 3.80 metros de largo, 2.20 metros de ancho y 25 centímetros de espesor, narra en su iconografía la vida de Pakal y sus ancestros, a la vez que ilustra cómo el personaje desciende al inframundo y renace convertido en una deidad del maíz.
Si bien esta obra esculpida en piedra caliza se mantiene en buen estado de conservación y está bajo monitoreo constante —con un sistema de medición de humedad, temperatura y CO2—, el paso del tiempo ha producido diversas situaciones como manchas cafés o amarillentas causadas por las deyecciones de los murciélagos que habitaron la cripta mientras estuvo sellada.
Asimismo, la humedad favorece a que el agua de lluvia que se filtra desde el exterior del templo genere estalactitas y concreciones calcáreas blancuzcas. Adicionalmente, la cripta ha atravesado por diversos cambios termodinámicos.
Trabajos
Durante la reciente temporada de trabajo se usaron compresas de algodón, pulpa de celulosa, arcillas y geles especiales, a fin de revisar qué material será el idóneo para emprender la limpieza de la lápida.
“Junto con las compresas agregamos sustancias químicas llamadas secuestrantes, que tienen la capacidad de atrapar un átomo y hacerlo soluble para poder sustraerlo con agua”, explica Vázquez Negrete.
El también profesor en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) comenta que se tomaron muestras de las capas de concreciones calcáreas con miras a su limpieza, a la vez que estas pueden usarse para estudiar el paleoclima y conocer cómo ha variado el medio ambiente de la tumba a través del tiempo, o qué efectos le produce el calentamiento global actual.
Próximos trabajos
En los próximos meses, dichas muestras continuarán bajo análisis en los laboratorios de la ENCRyM y de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.
De acuerdo con el restaurador Jorge Coraza, la limpieza de la lápida también requerirá de planteamientos éticos para definir a qué nivel se buscará llegar, ya que algunas de esas capas calcáreas actúan también como barreras de protección de los elementos en relieve, ejemplificó.
Es de destacar que los estudios hechos en la lápida de Pakal contribuyen a otra línea de investigación, la cual mantiene la ENCRyM con los proyectos de conservación y de arqueología de la Zona Arqueológica de Palenque, centrada en la policromía de la urbe palencana.