Desde la Campaña Nacional “Sin Maíz No Hay País” pidieron un alto a la injerencia de los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá respecto a la soberanía nacional y alimentaria de México, ya que “no se negocian”.
Las organizaciones y campesinos que integran la campaña nacional dijeron rechazar los tratados comerciales que permiten a países extranjeros la enajenación de esta soberanía.
Estas controversias y polémicas surgen a partir de la publicación del decreto presidencial que ordena la sustitución progresiva del uso del herbicida glifosato y la prohibición del maíz genéticamente modificado (GM), publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 31 de diciembre de 2020.
Aunque para las organizaciones en lucha representa el inicio de la oportunidad histórica de materializar cambios profundos ante el modelo neoliberal y la llamada “Revolución Verde”, para Estados Unidos y las corporaciones agroalimentarias el decreto simboliza una amenaza.
Desde el 2020, el vecino país del norte junto a las corporaciones que representa iniciaron y desembocaron en una petición de consultas técnicas en junio de 2023, cuestionando las bases científicas en que se sustenta dicho decreto.
Pruebas presentadas
No obstante, el gobierno mexicano ha presentado las pruebas necesarias, incluso ha propuesto hacer una investigación conjunta con el propósito de analizar los daños ocasionados por el glifosato y los maíces transgénicos a la salud humana, siendo negativa la respuesta del gobierno estadounidense.
“Enfrentamos lo que se anunciaba desde la firma del TLCAN (hoy T-MEC): la imposición de decisiones que beneficien a Estados Unidos y Canadá, a través de la extracción de bienes comunes y de modelos que respondan a sus intereses económicos sin respetar las necesidades y decisiones de México”, enfatizó la campaña.