Tras la reciente aprobación por el Congreso del Estado en Chiapas de la Ley de Voluntad Anticipada, que permitirá a los ciudadanos decidir, en pleno uso de sus facultades, sobre los tratamientos médicos que desean recibir o rechazar en caso de enfrentar una enfermedad terminal. Habitantes de la capital chiapaneca expresaron su postura; resaltando la normativa como un avance en cuanto a la dignidad y valores humanos.
La ley establece que cualquier persona mayor de edad, en pleno uso de sus facultades mentales, puede firmar un documento de voluntad anticipada para rechazar tratamientos invasivos, siempre y cuando su situación de salud sea irreversible.
Asimismo, contempla que familiares o representantes legales puedan hacer valer la decisión del paciente, siempre bajo supervisión médica y legal.
Ante la aprobación de dicha ley, Chiapas se suma a las entidades que regulan el derecho a morir con dignidad, garantizando el respeto a la autonomía del paciente y evitando la prolongación artificial del sufrimiento.
Posturas
En este contexto, Catalina Hernández Hernández, ciudadana de Tuxtla Gutiérrez, señaló que la iniciativa es una propuesta que garantizará el respeto por la decisión de las y los pacientes.
“Todos tenemos derecho de decidir sobre nosotros y nuestra salud. A veces con los tratamientos en lugar de ayudarnos nos afectan. Cuando algún familiar está en el hospital, se queda solo porque lo llevan a terapia intensiva, y no dejan que la familia lo vea, con esto al menos podrá estar en casa, y pasar ahí sus últimos días”, mencionó.
Aunque para las familias signifique una decisión difícil, Hernández Hernández, afirmó que se trata de una decisión individual.
“La familia siempre va a querer que se quede con uno, y por eso sometemos a nuestro enfermo a muchas cosas, sin saber que a lo mejor lo que él quiere es ya descasar en paz. Aunque duela debemos entender que a veces es lo mejor dejar ir”, enfatizó.
Por otro lado Ramón Cruz Aguilar explicó haber vivido una situación similar con la enfermedad de su madre, quien padecía cáncer.
“Cuando mi mamá se enfermó, el doctor nos dijo que le quedaban 15 días de vida, podíamos seguir con el tratamiento pero no había ninguna esperanza. Mi mamá nos reunió a mi hermano y a mí y nos pidió que la lleváramos a la casa, no quería pasar sus últimos días en un hospital, ella quería estar con su familia y así lo hicimos”, relató.
Asimismo, María de los Ángeles Coutiño, puntualizó que la sociedad no está preparada para tomar una decisión así, hace falta información y sobre todo mucha empatía con los enfermos.
“Es una ley en la que estoy a favor, cuando Dios dice que es el momento pues no hay de otra y en ocasiones somos tan egoístas, que por querer que nuestro enfermo siga con nosotros, lo obligamos a todo tipo de cosas, porque creemos es que lo mejor, pero en realidad no. Esto se trata de dignidad y el derecho que tiene cada persona sobre decidir lo mejor para su salud”, afirmó.