La Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez entronizó la réplica de la tilma de San Juan Diego, signo del proyecto impulsado por el papa Francisco rumbo a los 500 años del acontecimiento guadalupano. Tras permanecer en catedral hasta enero, recorrerá parroquias y zonas vulnerables para promover paz, justicia y fraternidad.
La réplica de la tilma de San Juan Diego, entregada este año por la Conferencia del Episcopado Mexicano a cada diócesis del país como parte de la Novena Intercontinental Guadalupana, fue entronizada en la Catedral Metropolitana de San Marcos, en Tuxtla Gutiérrez.
El padre Omar Hernández, asesor diocesano de liturgia y animador provincial de esta dinámica, explicó que se trata de un signo pedido por el papa Francisco en preparación al quinto centenario del acontecimiento guadalupano.
Tras su visita a México en 2016, el pontífice solicitó a los obispos del país elaborar un proyecto que permitiera preparar un camino de nueve años hacia el jubileo extraordinario de 2031.
Así nació la Novena Intercontinental Guadalupana, cuyo propósito es reconocer que el mensaje de la Virgen de Guadalupe impactó no solo a México, sino a toda América Latina, el Caribe y Filipinas.
Réplica de tilma
Como parte de esta iniciativa, se determinó que cada diócesis recibiera una réplica de la tilma original, previamente tocada con la imagen resguardada en la Basílica de Guadalupe.
“Este signo no busca solo un acto devocional, sino contribuir a la reconstrucción del tejido social, así como la presencia de María alentó y transformó la realidad del México del siglo XVI”, explicó.
El sacerdote subrayó que la tilma tiene un significado más social que litúrgico, y su presencia en la catedral, Iglesia Madre de la arquidiócesis, permanecerá hasta el 3 de enero.
Durante este periodo, acompañará las fiestas guadalupanas y la clausura del Año Santo 2025, titulado Peregrinos de Esperanza, cuya celebración oficial será el 28 de diciembre.
Después, la réplica iniciará un recorrido por parroquias, rectorías y, de manera especial, por zonas vulnerables física y existencialmente.
“No permanecerá solo en templos; llegará a hospitales, reclusorios, casas hogar, asilos y espacios donde se vive alguna forma de sufrimiento o necesidad”, detalló.
La arquidiócesis destacó que este gesto busca aportar a la paz, la justicia, el bien común y el cuidado de la creación, elementos centrales del mensaje guadalupano y prioridades pastorales para la Iglesia local.












