"Ojalá que el próximo papa sea como Francisco, quien aceptó todas nuestras lenguas y a pobres y ricos", afirmó el sacerdote tsotsil, Sebastián López López, quien comió con el pontífice durante la visita que realizó a San Cristóbal de Las Casas el 15 de febrero de 2016.
El presbítero era entonces párroco en el municipio de Chalchuitán, ubicado en los Altos de Chiapas, y uno de los más pobres y marginados de México. "Lo acompañé, comimos juntos y platiqué con él. Sentí una gran cercanía con él, como que atrae a las personas, no se sentía que fuéramos diferentes, todo fue con mucha tranquilidad al estar con él", dijo.
En entrevista telefónica, agregó: "Me gustó mucho su sencillez, su humildad y que nos aceptó. El papa Francisco nos aceptó a todas las clases de lenguas; es maravilloso su plan pastoral, y ahora que ya se fue nos acordamos de todo su trabajo y sus diferentes ministerios de la Iglesia, porque ya abrió un camino para todos, diáconos permanentes y todos los servicios que hay en la Iglesia.
"No se borra la huella de todo lo que hizo en la Iglesia. No solo yo como indígena lo siento, sino todos los demás sienten su partida. Se siente mucho la ausencia del papa, y hay que pedir mucho por el próximo papa que venga".
López López, ahora párroco en el municipio de Huitiupán, situado en la zona Norte de la entidad, recordó que fue elegido para comer con el papa Francisco por el equipo tsotsil de la Diócesis de San Cristóbal; luego por el equipo diocesano, después por los otros equipos y zonas pastorales para representar a todos los sacerdotes en la comida con el pontífice.
"Me apoyaron, me eligieron a mí y tuve la oportunidad de estar con el papa en la comida. Fuimos 10 personas a comer con él en la Curia Diocesana. Yo, como representante de todos los sacerdotes, un seminarista, una religiosa, un diácono permanente, un joven, un laico comprometido y los dos obispos, Felipe Arizmendi Esquivel y Enrique Díaz Díaz.