Reeditan investigaciones arqueológicas

Se trata de una obra que había caído en el olvido desde su presentación en 1928 y que transporta al lector a las calurosas calles de Tonalá, pueblo que goza de la fama de “ser algo como un horno, una especie de antesala del infierno”, donde el viajante, si tiene fortuna, puede encontrarse con un clima que no rebasa los 36 grados Celsius.

Hace 94 años, el arqueólogo Enrique Juan Palacios Mendoza publicó el libro “En los confines de la Selva Lacandona. Exploraciones en el estado de Chiapas, mayo-agosto 1926”, obra relevante por dar cuenta de la primera misión arqueológica que, tras casi un siglo de exploraciones y a menudo de saqueos a manos de estadounidenses y europeos, era financiada por el gobierno mexicano.

Esta reedición fue realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por lo cual cobra realce y la pone al alcance de los lectores mediante la colaboración con la Secretaría de Cultura y Artes de Yucatán y la editorial El Dragón Rojo.

Es su primer reedición desde que fue presentada durante el XXIII Congreso de Americanistas, en 1928, en Nueva York. Cuenta con un estudio introductorio realizado por la investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, Haydeé López Hernández.

La arqueóloga presentó el libro en la reciente Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, destacando que “la pluma” de Palacios Mendoza se aleja del exotismo con el que muchos exploradores extranjeros de finales del siglo XIX o inicios del XX, describieron a los sitios arqueológicos mayas y a los pueblos indígenas de la región.

Sin embargo, también puede disfrutarse desde el género de la literatura de viajes, con episodios de los recorridos hechos en Tonalá, Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, Comitán y otros poblados que Palacios recorrió en su camino a ciudades antiguas, ya entonces conocidas como Palenque o Yaxchilán, así como hacia otras que fueron registradas por primera vez por este grupo de expedicionarios mexicanos.

Esta obra también representa un homenaje a un arqueólogo pionero en México, contemporáneo de figuras bastante conocidas como Leopoldo Batres, Manuel Gamio y Alfonso Caso, quien además exploró diversos sitios en Veracruz, Puebla, Campeche, Oaxaca, Guanajuato y el Estado de México.