Freddy Abel Cruz Bartolomé, médico veterinario zootecnista y promotor compartido de Elanco en la distribuidora de Chiapas, habló del trabajo conjunto entre el laboratorio y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), quienes trabajan en el desarrollo de productos larvicidas, así como el impulso a tecnologías de control biológico como la liberación de moscas estériles.
Subrayó la importancia de combatir la desinformación entre ganaderos, ya que un diagnóstico y tratamiento oportuno son esenciales para frenar la propagación.
Reaparición de plaga
La reaparición del gusano barrenador en México, específicamente en el municipio de Catazajá, Chiapas, ha encendido las alertas en el sector ganadero y sanitario del país.
Este parásito, que fue erradicado en las décadas de 1980 y 1990, ha vuelto a representar una grave amenaza, no solo para la producción pecuaria, sino también para la salud pública.
De acuerdo a Cruz Bartolomé, la entrada del gusano se dio a través de un bovino procedente de Guatemala.
Aunque el animal fue sometido a revisión sanitaria, el parásito apenas se estaba desarrollando, lo que impidió su detección inicial.
Enfermedad
“La mosca pone sus huevos en heridas abiertas. En tan solo 12 a 24 horas el huevo eclosiona y comienza el daño. Pero fue en una segunda inspección cuando se detectó la infestación”, detalló.
El gusano barrenador, como lo indica su nombre, perfora la piel del animal en forma de sacacorchos con una anatomía parecida a un tornillo, causando dolor, enrojecimiento y supuración.
Este comportamiento no solo deteriora la salud del ganado, sino que también puede afectar a humanos y otros animales de sangre caliente.
Impacto económico y sanitario
Por otro lado, advirtió que uno de los efectos más inmediatos es el cierre de fronteras para la exportación de ganado hacia Estados Unidos, lo cual representa pérdidas millonarias para los productores.
Además, la zoonosis es una preocupación real, ya que la mosca busca cualquier organismo con heridas abiertas.
“Es un problema económico y sanitario. El gusano puede transmitirse a humanos, y su tratamiento incorrecto puede tener consecuencias graves”, apuntó.
El rol de los laboratorios: prevención y tratamiento.
En respuesta a esta amenaza, laboratorios como Elanco han desarrollado productos tanto preventivos como curativos.
Uno de los más efectivos es el negasunt, un larvicida cicatrizante aprobado por Senasica.
“El producto es eficaz en un 100 %. Actúa desde el primer día y muestra efectos visibles de cicatrización a los dos o tres días. Puede aplicarse incluso en heridas limpias, como medida preventiva”, señaló.
Este producto puede utilizarse en bovinos, ovinos, caprinos, equinos e incluso en mascotas, gracias a su baja toxicidad y alta eficacia.
El frasco incluye una pinza, alcohol y una bolsa para recolectar muestras, todo aprobado por los protocolos sanitarios federales.
Tecnología y conciencia
Además del uso de productos, Senasica y Elanco trabajan en una estrategia más compleja: la liberación de moscas machos estériles, una tecnología que impide la reproducción de la plaga.
Esta técnica se había utilizado en el pasado en una planta ubicada en Chiapa de Corzo, Chiapas, la cual podría reactivarse en los próximos años.
Pero el mayor reto, admitió, no está en la producción de medicamentos, sino en la desinformación.
“Muchos ganaderos tienen miedo de reportar casos por temor a represalias o cuarentenas. Esto es un grave error. El tratamiento es gratuito y el objetivo es contener la plaga, no sacrificar animales”, aclaró Freddy Abel.
Finalmente, hizo un llamado urgente a los ganaderos ante la falta de información y mitos sobre el tratamiento de la enfermedad.
“Si ven heridas sospechosas, acudan al veterinario. Tratar mal una herida puede matar al animal. No tengan miedo, el gobierno no va a dañar su ganado, va a ayudar a protegerlo”, concluyó.