Registran 32 episodios de turbiedad extrema

Restablecer el servicio tras una suspensión preventiva toma de 6 a 12 horas. Diego Pérez / CP
Restablecer el servicio tras una suspensión preventiva toma de 6 a 12 horas. Diego Pérez / CP

La capital chiapaneca enfrentó este año una de las temporadas de lluvias más complejas en materia de suministro de agua potable. De acuerdo con el director del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Smapa), Juan Luis Paniagua Moguel, los meses de septiembre y octubre el organismo registró 32 episodios de turbiedad extrema que obligaron a realizar suspensiones temporales del servicio en diversas colonias de la ciudad.

De acuerdo con el director, el servicio fue suspendido entre una y seis horas por evento, para evitar el colapso de la planta potabilizadora y afectaciones mayores en la distribución.

Los fenómenos de turbiedad, propios de la temporada de lluvias, se originan por el arrastre de sólidos en suspensión que llegan directo a la obra de toma y entran al sistema de tratamiento.

Cuando estos niveles se disparan, explicó, el agua se vuelve “prácticamente intratable” y la planta no podría cumplir con la normatividad de calidad”.

“En septiembre y octubre tuvimos 32 eventos de alta turbiedad. Si dejamos pasar esa agua, la planta metería lodo al proceso y saturaría los sedimentadores; eso nos obligaría a parar entre 10 y 15 días para limpiarlos”, señaló.

Paros preventivos

Para evitar un colapso, el Smapa tuvo que hacer paros preventivos de entre una y seis horas, dependiendo de la intensidad del fenómeno.

Sin embargo, restablecer el servicio toma más tiempo del que la población percibe.

Tras cada evento la planta requiere un periodo de estabilización, arrancar de nueva cuenta los equipos, llenar los tanques principales para después presurizar las líneas que abastecen a los distintos sectores de la ciudad.

Este proceso suma entre seis y 12 horas desde el momento en que inicia la suspensión hasta que el agua llega de nuevo a las colonias.

Estas variaciones provocaron molestias entre los usuarios, quienes reportaron cortes inesperados o retrasos en los días que les corresponde el suministro.

El funcionario recalcó que estos paros son necesarios para evitar afectaciones mayores.

“Preferimos suspender de una a seis horas que detener la planta dos semanas completas”, afirmó.