Registran inflación cárnica a nivel nacional

Registran inflación cárnica a nivel nacionalAunque los vendedores buscan mantener precios estables, reconocen que es difícil sostener el margen. Carlos López / CP

En medio de una inflación que no da tregua, los productos cárnicos vuelven a encabezar las preocupaciones en los hogares mexicanos. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la carne de res y puerco se ubicaron entre los productos con mayor incremento en la primera quincena de junio en México; tablajeros del mercado Juan Sabines en Tuxtla Gutiérrez, explicaron que el alza es real, aunque tratan de no trasladar el golpe completo al consumidor.

En los pasillos de este centro de abastos, comerciantes como Juan José Navarro Bonifaz aseguran que, aunque el incremento se ha sentido, no ha sido tan fuerte en todos los productos.

“La carne de puerco subió un pesito nada más. Antes estaba en 50 pesos el kilo y ahora está en 51. No es mucha la diferencia”, explicó.

Navarro Bonifaz explicó qué factores internacionales podrían estar detrás del alza.

“Yo pienso que es por las guerras y los conflictos, eso encarece todo. Pero no podemos subirle tanto al cliente, tratamos de dar precios justos”, aseguró.

Variaciones

Aunque destacó que existen ciertas variaciones en productos como el chicharrón, los precios se compensan con otras partes del cerdo.

La situación con la carne de res es distinta, José Juan Cervantes Nieto, tablajero en el mismo mercado, detalló que el incremento ha sido más notorio.

“Puede subir unos 20 pesos por kilo, por el problema del gusano barrenador y la escasez de ganado. El ganadero es el que nos marca el precio, y muchas veces, cuando nos damos cuenta, ya subió”, mencionó.

Actualmente la carne “normal” la están dando en 200 pesos el kilo, mientras que los cortes más selectos oscilan entre 210 y 250 pesos.

El hueso de costilla especial se vende a 150 pesos el kilo.

“Desde diciembre para acá ya se acumularon otros 10 pesos más de incremento, pero nosotros no le podemos subir tanto al cliente porque la situación está crítica”, agregó.

Además del impacto económico, hay un problema de percepción: la desconfianza del consumidor por los casos reportados del gusano barrenador en el ganado.

“Sí, hay personas que tienen miedo. Es lógico, no quieren enfermarse. Pero nosotros trabajamos con producto inspeccionado por salubridad, de frigorífico, no de rastros clandestinos”, señaló.

Cervantes Nieto también denunció que en municipios como San Fernando o Chiapa de Corzo, hay rastros donde la supervisión sanitaria es dudosa.

“Ahí no hay garantía, aquí sí. Nuestro proveedor es de calidad, pasa por un proceso de 24 horas de refrigeración, lo que ayuda a eliminar microbios antes de que llegue al consumidor”, sostuvo.