Registran monos araña sin cola

“Ver un mono araña sin cola pudiera indicar que ocurrió un intento de depredación y perdió la cola, pero si vez monos juveniles, e incluso crías, te hace estallar el cerebro”, resaltaron los investigadores Gilberto Pozo Montuy y Jaime Pérez Sánchez, quienes intentaron explicar por qué los monos araña detectados en la Reserva de la Biosfera El Ocote no tienen cola.

Los miembros del grupo comunitario de monitoreo de primates de la asociación civil Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta, son quienes detectaron, observaron y fotografiaron a estos ejemplares sin cola.

Para el investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Pozo Montuy, estos pudieran estar sufriendo mutaciones que les provoca la pérdida de la cola. Comentó que “esto es una mera suposición que tendría que comprobarse mediante estudios genéticos, pero esa será otra historia”.

Destacó que durante varios años en las comunidades aledañas a la reserva “se escucharon historias y leyendas sobre fauna particularmente sorprendente, como monos blancos, el hombre mono, el mono dorado, y en esta ocasión la leyenda se hizo realidad”, relató.

Fue en el campamento Rabasa bajo una selva de caobas y cedros de más de 30 metros de altura, donde “siempre se han reportado (por las personas locales) a monos araña sin cola”.

El especialista destacó que la extrañeza radica en que para estos monos la cola prensil funciona como una quinta extremidad y de alta utilidad, pues la usan para agarrarse y balancear su cuerpo mientras se mueven en las copas de los árboles, con un cerebro que tiene un área exclusiva para el control de la cola.

“Entonces para el ‘trapecista de la selva’ la cola es una extremidad de suma importancia, ya que sin ella difícilmente podrían subsistir y competir con otros de su misma especie”, explicó.

Planteamiento

Destacó que gracias a estos descubrimientos la versión de que perdieron la cola en proceso de adaptación podría ser desechada, puesto que algunos investigadores genetistas han descubierto que la pérdida se debió a una mutación.

“Es decir, un empalme, corte u omisión de un fragmento de ADN en los genes que forman la cola fue suficiente para que aparecieran individuos sin cola”, argumentó.

“Podríamos imaginarnos que la pérdida de la cola se debe a que ya no fuera necesaria, sino a una mutación que generó ese salto, y al desaparecer la cola debió forzar a las especies a utilizar otra forma de moverse y explotar los recursos, incluso a bajarse de los árboles”, concluyó.