Luego de que su cuerpo estuvo extraviado en el desierto de Arizona, Aurelio Cruz López, un indígena desplazado de Chenalhó, finalmente fue sepultado en el panteón de ese municipio.

Su hermana, Araceli Cruz, dijo que la situación económica empeoró cuando, después de cinco años, no pudieron regresar a sus viviendas por un grupo armando que los sacó por ser militantes de un partido político diferente.

Durante años la familia de Aurelio y otros desplazados se pronunciaron para regresar a sus hogares ante la falta de apoyo institucional, carencias médicas, educativas y de justicia.

Entonces, el joven de 18 años decidió migrar rumbo a los Estados Unidos, pero en el camino perdió comunicación. El 5 de mayo, a las seis de la tarde, la familia del joven —del pueblo originario— tuvo la última comunicación.

De acuerdo con la ficha de búsqueda, Junax —una organización que se dedica a ayudar a familias que luchan por la aparición de migrantes mexicanos desaparecidos en México— reportó que el joven cruzaba el desierto caminando.

“Él vestía ropa militar, con una gorra estilo militar y una mochila con la leyenda ‘Tepito’, dijo su hermana Araceli, quien desde el primer día denunció públicamente la desaparición de Aurelio.

Con esas prendas fue encontrado el cadáver del joven. Araceli compartió que primero lo habían reportado ante la autoridad como una persona desaparecida, por lo que pasaron meses hasta recibir la trágica noticia.

“Agradezco a todas las personas que han estado conmigo durante el proceso de búsqueda de mi hermano… vuela alto hermanito”, escribió Araceli en su red social tras haber sepultado el cuerpo.