Restauran jóvenes Parque Nacional de Palenque

Se realizaron actividades de reforestación y creación de cercos vivos. Guillermo Pérez / CP
Se realizaron actividades de reforestación y creación de cercos vivos. Guillermo Pérez / CP

Jóvenes voluntarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), realizaron trabajos de reforestación en el Parque Nacional de Palenque.

En una reciente jornada, llevada a cabo en la ranchería Santa Isabel, se plantaron aproximadamente 600 ejemplares de especies nativas como leucaena, frijolillo, cedro y maculis.

Estas actividades contaron con la participación de personal del Parque Nacional, jóvenes voluntarios del proyecto de la Unesco y miembros de las comunidades locales.

Entrega de ejemplares

Adicionalmente, se hizo entrega de mil 350 plantas de caoba, maculis y leucaena a beneficiarios del programa Procodes (Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible). Todas las actividades están destinadas al establecimiento de barreras vivas.

Asimismo, se realizó una reforestación en las márgenes del río Chacamax, en el ejido Adolfo López Mateos, con el objetivo de proteger los cuerpos de agua y mejorar la calidad del suelo.

Qué es un cerco vivo

Un cerco vivo es una estructura natural compuesta por árboles o arbustos plantados en alta densidad, que sirve como barrera para dividir terrenos, proteger cultivos y proporcionar sombra al ganado.

A diferencia de los “cercos muertos”, construidos con postes de madera, acero o cemento y alambres de púas, los cercos vivos ofrecen múltiples beneficios ecológicos, como refugio a la biodiversidad, la regulación del clima y protección del suelo y la materia orgánica.

Su establecimiento requiere cuidados iniciales para proteger las plantas de los animales, sin embargo, son una alternativa más económica, duradera y ecológica comparada con las cercas convencionales.