Revolución Mexicana, la lucha que forjó a México

Villa y Zapata en silla presidencial. Cortesía
Villa y Zapata en silla presidencial. Cortesía

Hierro, caos y sangre, pero también ideales y anhelos de justicia resonaron de manera única en el territorio mexicano entre 1910 y 1917, años en los que se libró la Revolución Mexicana, movimiento que esculpió al país dándole el rostro que lo caracteriza.

La revolución es la epopeya de campesinos, idealistas, soldados y caudillos que se alzaron en armas buscando un futuro más justo, y cuyo legado, lleno de claroscuros, aún resuena en el México contemporáneo.

Porfiriato

Para entender la Revolución, es necesario volver la mirada al Porfiriato, el periodo de más de 30 años (1876-1911) durante el cual el general Porfirio Díaz gobernó el país; si bien hubo estabilidad política y un notable crecimiento económico por la inversión extranjera y la industrialización, estos logros tuvieron un costo social altísimo.

La riqueza se concentró en unas cuantas manos, mientras que el campesinado y las comunidades indígenas vivían en la pobreza y la explotación. Hacia 1910, menos del 1 % de las familias en México poseían o controlaban cerca del 85 % de las tierras cultivables.

El Plan de San Luis

La chispa que incendió la pradera fue la entrevista que Porfirio Díaz concedió en 1908 al periodista James Creelman, en la que aseguró que no buscaría la reelección. Esta declaración abrió la puerta a la competencia política, y fue Francisco I. Madero, un hacendado del norte, quien tomó la delantera.

Madero fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista y se postuló para la presidencia. Su campaña, basada en el eslogan “Sufragio Efectivo, No Reelección”, ganó una popularidad que alarmó a Díaz. Tras unas elecciones amañadas que dieron el triunfo a Díaz, Madero logró escapar de prisión y huyó a Estados Unidos.

Desde San Antonio, Texas, Madero proclamó el Plan de San Luis Potosí el 5 de octubre de 1910. En este documento, desconocía las elecciones y convocaba al pueblo mexicano a tomar las armas el 20 de noviembre de 1910 a las 6 de la tarde. El llamado fue escuchado.

Caudillos, batallas y traiciones

Lo que siguió fue una compleja y sangrienta guerra civil que se extendió por aproximadamente una década. La lucha fue un caos con diferentes facciones con ideales y proyectos distintos que se alzaron, se aliaron y se enfrentaron.

La primera fase fue relativamente corta. Las victorias rebeldes, como la toma de Ciudad Juárez por Pascual Orozco y Francisco “Pancho” Villa, forzaron la renuncia de Porfirio Díaz, quien partió al exilio en Francia en mayo de 1911. Madero fue elegido presidente en noviembre de ese mismo año.

Decena Trágica

El gobierno de Madero fue frágil. Desde el sur, Emiliano Zapata se alzó al grito de “¡Tierra y Libertad!” al ver que la reforma agraria no avanzaba. En febrero de 1913, un movimiento contrarrevolucionario encabezado por Félix Díaz y Victoriano Huerta dio un golpe de Estado conocido como la “Decena Trágica”.

Tras obligar a Madero a renunciar, lo asesinaron a él y al vicepresidente José María Pino Suárez, colocando a Huerta en la presidencia.

El asesinato de Madero unió a los principales caudillos revolucionarios contra Huerta. Venustiano Carranza, desde Coahuila, lanzó el Plan de Guadalupe y lideró el Ejército Constitucionalista, que integraba a fuerzas como las de Pancho Villa y Álvaro Obregón.

Para julio de 1914, Huerta fue derrotado y huyó del país. Sin un enemigo común, las profundas diferencias entre los revolucionarios estallaron.

El país se sumió en una guerra de facciones entre los seguidores de Carranza y Obregón (constitucionalistas) y la alianza entre Villa y Zapata (convencionistas), quienes se reunieron en la Convención de Aguascalientes.

Los ejércitos de Villa y Zapata llegaron a ocupar la Ciudad de México, pero finalmente fueron derrotados por la superior estrategia militar de Obregón.

Constitución de 1917

Carranza consolidó su poder y convocó a un Congreso Constituyente que promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el 5 de febrero de 1917.

Este documento, vigente hasta hoy, fue pionero a nivel mundial al incluir derechos sociales como la reforma agraria, los derechos laborales y el control estatal sobre los recursos del subsuelo

Aunque la lucha armada a gran escala cesó, la violencia continuó. Los principales caudillos fueron asesinados, Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923 y Obregón en 1928.

Se considera que el conflicto terminó formalmente cuando Álvaro Obregón asumió la presidencia en diciembre de 1920, marcando la primera transición presidencial estable desde el inicio de la revolución.