De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el 68.9 por ciento de las mujeres en Chiapas no percibe un salario, sostuvo Dana Mazo, representante de Fundación ADO en Chiapas.
Esto quiere decir que de cada 100 mujeres que trabajan 69 no reciben una remuneración, tomando en cuenta que muchas de ellas se dedican al trabajo del hogar, el cual es incluso más cansado que cualquier profesión, destacó.
Esto se da en un contexto en el que Chiapas tiene un nivel de pobreza del 77.1 por ciento, cuando la media nacional está en el 56 por ciento, “por lo que estamos sobre pasados en el tema”, dijo.
Al ser la entidad chiapaneca un estado con alerta de género en siete municipios, comentó que trabajan de cerca con el Centro de Justicia para la Mujer (Cejum) así como con la Secretaría de Igualdad de Género (Seigen) y a nivel municipal, ya que es muy alarmante la situación porque en donde se están dando más casos de violencia contra la mujer son en las cabeceras.
Indicó que todas las quejas o denuncias que se tienen registradas el 49 por ciento es una violencia ejercida hacia amas de casa.
Es entonces que la fundación a la que representa desarrolla proyectos para mujeres productivas para generar un canal de prosperidad pero también para disminuir la violencia en sus entornos.
Ante ello, capacitan a mujeres para que puedan acceder a temas empresariales, créditos, desarrollen habilidades para generar una prosperidad económica ya que “creemos que la independencia económica de la mujer es de vital importancia para que puedan salir del círculo de la violencia”, sostuvo.
Enfatizó que han escuchado de viva voz de las mujeres que prefieren aguantar pensando en primer lugar en sus hijos, ya que son mujeres que no han tenido la experiencia del trabajo pero lo importante aquí es no sólo brindarles políticas y herramientas sino fortalecerlas económicamente que les permita tener un mejor alcance y erradicar la violencia hacia este sector.
“La violencia económica no distingue clases ya que se puede dar en una zona rural como urbana, se da en los altos estratos de la sociedad, por lo que es un problema que se tiene que atender y quién mejor que las mujeres para hacerlo”, concluyó.