La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) descubrió una operación ilegal de extracción de arena y grava que desvió el cauce natural del río Suchiapa y arrasó con 2.07 hectáreas (ha) de su ecosistema, un daño ambiental con consecuencias imprevisibles para la vida fluvial y las comunidades aledañas.
El hallazgo
Durante una inspección el 3 de junio, documentaron una alteración hidrológica grave: el cauce del río fue modificado artificialmente, lo que podría desencadenar inundaciones, erosión acelerada y destrucción de hábitats acuáticos.
Además, confirmaron la devastación de 2.07 ha, que es equivalente a casi tres canchas de fútbol profesional, por maquinaria pesada, todo ello sin contar con la Autorización de Impacto Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La Profepa clausuró temporalmente el sitio y aseguró una excavadora y un cargador frontal.
Asimismo, inició un procedimiento administrativo para cuantificar el daño y exigir restauración ecológica.
La extracción ilegal de materiales pétreos representa un riesgo grave para los ecosistemas fluviales, puede alterar la morfología de los cauces y afectar la biodiversidad local.
Peces, anfibios y aves que dependen del flujo original, enfrentan muerte o desplazamiento irreversible. Las riberas debilitadas aumentan el peligro de derrumbes y alteran la sedimentación natural.
La Profepa continuará realizando acciones de vigilancia y aplicando medidas para prevenir y sancionar este tipo de ilícitos ambientales.
A la par, reiteró su exigencia a empresas y particulares para respetar la legislación ambiental en cuerpos de agua y obtener los permisos en materia de impacto ambiental.