Ritual para venerar el agua y la siembra

Ritual para venerar el agua y la siembra

Durante el primer domingo de agosto, en Copoya decenas de personas realizan una peregrinación hacia la presa o el pozo, un punto considerado sagrado para la cultura zoque.

Este recorrido se hace para bendecir la fertilidad de la tierra y que los campesinos tengan buenas cosechas, asimismo para pedir por la abundancia del agua en lo que resta del año.

Una sequía inició la tradición

De acuerdo con el libro “Calendario festivo de la mayordomía zoque de Tuxtla”, por el maestro Sergio De la Cruz, menciona que la fuerte sequía a principios de los años ochenta hizo temer a los campesinos la pérdida de las cosechas, así que los ejidatarios solicitaron “sacar en procesión” a las virgencitas para pedir que lloviera.

Por los excelentes resultados obtenidos ese año, gracias a las buenas lluvias y cosechas, acordaron realizarla anualmente como agradecimiento a las imágenes.

Acompañan danzantes

La procesión va acompañada de danzantes tradicionales toques interpretando el baile de “Napapok-etzé”, que en español significa el “Baile de la Guacamaya”, también van Parachicos, campesinos y la comunidad católica.

Una característica de esta danza es que se realiza una misa en la presa bajo grandes y eñejos árboles de pochota que dan sombra a la capilla donde colocan a las tres vírgenes: la de Candelaria, del Rosario y de Olachea.

Con mucha fe, después la celebración eucarística cada virgen es regresada a la familia que tenga la custodia y ofrecen un a comida para quienes realizaron el recorrido completo.