Rosalina Martínez, guardiana de orquídeas

El cambio de uso de suelo, los incendios y la tala ilegal han puesto en riesgo a muchas especies de orquídeas. Sin embargo, el saqueo es otro de los problemas a los que se enfrentan. Estas plantas suelen tener una belleza que las hace únicas, pero también vulnerables debido a su venta de forma irregular.

Conservación

Para combatir parte de esta situación, desde hace un par de años Rosalina Martínez Martínez comenzó con un proyecto llamado “Orquídeas Silvestres”, cuyo propósito es conservar algunas especies y venderlas, pero de forma legal. Cuenta con los permisos de las autoridades ambientales.

Ella es originaria de Plan de Ayala, municipio de Jiquipilas, y parte de su trabajo es el rescate de la flora silvestre. Actualmente, forma parte del Programa Integral de Manejo de la Vida Silvestre (PIMVS).

También cuida de un invernadero que cuenta con dos mil plantas y alrededor de 20 especies. Muchas de ellas se dan en los árboles, así que para rescatarlas lo que se hace es extraer algunos bulbos (órganos que almacenan los nutrientes), para luego colocarlos en recipientes con sustratos. Cada15 días se riegan.

Cuidados

“Se le pone agüitas de cascarón de huevo, debe tener todos sus fertilizantes, pero orgánico. Estas plantas no llevan químicos”. La idea es que se puedan mantener bien nutridas y cuidadas.

“Una de las que más pide la población son las conocidas como flor de Candelaria, debido a que florece en estas fechas”, comenta. Para ella, estas orquídeas son muy hermosas, pero se están perdiendo en el campo, debido a que “los incendios acaban con ellas”.

Para Rosalina, las orquídeas de Candelaria son las más preciosas, pues con un buen cuidado crecen y se vuelven más llamativas. Estos ejemplares, con sus raíces, se pueden adherir a los árboles. “Cuando ya trae varios bulbos, se les arranca y se deja la planta madre para que siga” con su siguiente fase.

Saqueos

No obstante, en la parte ilegal —con el saqueo— lo único que se consigue es que se arranquen de forma completa, acción que pone en riesgo a la flor para que pueda mantenerse la especie, explica.

Agrega que la especie que se conoce como “de Candelaria” florece del 15 de enero al 2 de febrero.

Recuerda que cuando era niña caminaba en el rancho de su padre y le gustaban mucho estas plantas, que se daban en los árboles; sin embargo, ahora el paisaje ya no es el mismo, advierte.

Afortunadamente, en el invernadero se recibe a la población que ha mostrado su gusto por estos ejemplares. En el proyecto participan dos personas más con el manejo del invernadero; además de la parte administrativa y el uso de las computadoras.

Por último, Martínez Martínez quiso dar una importante reflexión: “Usted iba pasando en un camino y veía lleno de orquídeas los árboles, ahorita ya no. Es una planta muy preciosa que no se debe perder, a casi todo el mundo le gusta”.