En la tradición católica —con base en la Biblia— cada elemento de la rosca de Reyes está cargada de simbología, desde la forma circular que representa el amor infinito de Dios, así como la eternidad, pues no tiene principio ni fin, hasta el cuchillo que da cuenta del peligro que corría el niño Jesús por parte del rey Herodes, quien quería matarlo. Se trata de una tradición que rememora las sacras escrituras al momento de la matanza de “los niños inocentes”.
Esta fecha es de importancia tradicional en México, cuyas familias y amigos se reúnen para ver a quién le sale el Niño Dios. Ante ello, el padre Roberto García Solar explica que, “si te toca el Niño Jesús, es un momento de encuentro y alegría, pues te ha elegido para ser una nueva estrella de Belén y así iluminar a los hermanos para que encuentren el camino”.
El párroco de la iglesia de la Candelaria enfatiza que si te sale Jesús (muñequito incrustado en el pan), es porque “te elige como padrino, para vestirlo y presentarlo el día de la fiesta de las candelas, también llamada ‘La Candelaria’, cuya la candela es Jesús, la luz del mundo, que con su venida y su epifanía nos ha iluminado y se nos ha revelado como el hijo de Dios”.
Historia
La rosca de Reyes hace memoria del encuentro del Niño Jesús con los sabios venidos de Oriente, quienes guiados por la estrella de Belén lo encontraron y, al verlo con su madre María y san José, lo adoraron postrados en tierra, por lo que “en esta reunión familiar hay que hacer presente el evangelio, que es la nueva estrella de Belén que viene a guiarnos hacia el encuentro del Niño Dios”.
“Esta rosca de Reyes está llena de significados, primero su origen. Las escrituras dicen que los reyes de Oriente llegaron a Jerusalén, preguntando: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo’”, apuntó.
“De acuerdo con el pasaje bíblico, el rey Herodes se sobresaltó e investigaron; según la profecía, el mesías debía nacer en Belén, la ciudad del rey David. Por ello, los reyes van y encuentran al Niño Dios, y advertidos en sueños, se les revela no regresar adonde está Herodes.
“Dice el texto bíblico que regresan a su país, pero por otro camino, ¿qué significa eso? Conversión, porque todo el que encuentra al Niño Jesús ya no puede emprender el camino que llevaba, se da un cambio radical de vida y hay que emprender el camino de la luz de la verdad”, reflexionó el sacerdote.
Cuando Herodes se ve burlado por los sabios de Oriente, ordena la matanza de los niños inocentes de Belén, y el “ángel del Señor, en sueños, le avisa a san José que debe huir a Egipto, para protegerlo”.
“Él los refugia en Egipto, y ahí está la clave y razón del ocultamiento de Jesús, por eso nosotros, en nuestra tradición, metemos varios Niños Dios, porque está oculto, resguardado del peligro y del asedio de Herodes.
“Sabemos con tristeza que muchos niños murieron, pero muchas mamás tuvieron la genial idea de esconder a sus bebés en ánforas, donde se guarda la harina, con la que se preparan los panes; así salvaron a los niños y así surge la fiesta de celebrar”, acotó.
Elementos
Con el tiempo, la tradición llegó a Francia, y en la Edad Media retoma un nuevo auge y se le introducen más elementos para la catequesis y la evangelización. “De tal manera que hoy, las roscas son de diversos tamaños, algunas son ovaladas, otras redondas, ambas significan que el amor de Dios no tiene principio ni fin”.
“Algunos frutos que brillan y llaman la atención representan las distracciones del mundo que nos impiden encontrar al Niño Jesús, como dice el texto, por un instante los sabios de Oriente perdieron la estrella, pero cuando la encontraron se llenaron de alegría y encontraron al Niño Jesús”, añadió.
Por último, García Solar explicó que “esta corona representa la corona de los reyes y también la corona del único y verdadero rey de reyes y señor de señores, nuestro Señor”.