Sak Tzevul viajará a Paris

El grupo de rock en tzotzil, Sak Tzevul (relámpago) se presentará en el festival denominado Mercado de la Poesía que se realiza en París, Francia, informó su director y fundador, Damián Martínez.

Dijo que la presentación del grupo está programada para el 11 de este mes, por lo que el jueves 9 viajarán los cuatro integrantes: Él, su hermano Enrique, Romeo Ramos, y Cipactli Hernández.

En entrevista comentó que la contratación para presentar el concierto se hizo a través de la Secretaría de Cultura de México y “representa un orgullo porque vamos representando al país”.

Fundado en agosto de 1996, Sak Tzevul presenta sus conciertos con un compendio de lenguas indígenas de Chiapas, entre ellas el tseltal, tzotzil y tojolabal; asimismo, incluye un segmento de melodías tradicionales, instrumentales y canciones en castellano que expresan un poco el contexto en que vivimos y en el cual se ha desarrollado como músico y persona su director.

Para el festival en París, afirmó Martínez, “nos pidieron un programa acústico, entonces montamos otro material, que no teníamos armado. Claro, hay un compendio pero tenemos unas composiciones que hice hace mucho tiempo y que presentamos en un concierto en Santo Domingo en 2002-03; es un repertorio que habla sobre la resistencia. El concierto se llamó ‘511 vueltas al sol, canto de resistencia’. Son sones acústicos que hablan de diferentes cuestiones de lo que ha sucedido en Chiapas”.

Señaló que los dos discos más importantes que ha gravado el grupo son Espíritu de la tierra y Selva soñadora, pero “el repertorio en general es una parte de lenguas, una de alusión a la música tradicional indígena chiapaneca y otra popular”.

Entre las canciones que toca la banda está El Bolomchón “que es como un himno para las comunidades indígenas. Cada comunidad tiene su propia versión. La versión más conocida es la de Chamula. Es como un arquetipo, cada comunidad lo tiene como su deidad y le dedica su respectivo canto. Dijéramos que hay varios bolomchones. Hay distintas versiones”.

Agregó: “Es el mismo arquetipo: jaguar serpiente que vuela sobre el cielo. Yo adopté un poco el texto de la versión de Chamula pero le cambié toda la melodía, respetando las reglas de la estructura tradicional musical y una nueva adaptación que fue de mi cosecha, y le puse otra introducción que tiene que ver más con la música del Istmo. Le hice unas transfusiones y le gustó mucho a la gente. Quedó como una rola. Son cantos tradicionales, es decir, repetitivos; te metes en un trance por un buen rato. Entonces, esas melodías hay que hacerlas a fin de que sea una canción que tenga principio y final. Ese es el trabajo que hice”.

Precisó que esa canción “habla de la serpiente jaguar del cielo, de la serpiente jaguar de la tierra. Estas son figuras prehispánicas. Un amigo me contó que los ancianos le dijeron que El Bolomchón es una especie de dragón blanco que está flotando sobre el agua y se regocija. Es como un estado espiritual el que se invoca”.

Sak Tzevul se presentó por primera vez el 10 de agosto de 1996 en la fiesta de San Lorenzo, de Zinacantán, de donde son originarios Damián y su hermano Enrique; cantaron una canción en tzotzil de ese municipio, pero su peculiaridad “es que desfilan muchos músicos e instrumentistas, lo que le va cambiando de color en cada etapa. Hemos tenido violines, trombón, tambores tradicionales y ahora tenemos percusiones y un vibráfono. Cada temporada es distinta. Las canciones se van adaptando y vamos componiendo nuevos temas, es más como una especie de colectivo, aunque Enrique y yo estamos al frente”.

Durante casi dos décadas se han presentado con éxito en diferentes estados del país, en Estados Unidos, Canadá, Rusia, España, Japón, entre otros países.

“Hace 20 años ofrecimos una propuesta a la sociedad hablante de otras lenguas. Hay como 20 bandas tocando rock en tzotzil pero Sak Tzevul es el único grupo que se ha mantenido”, expresó Martínez.

Abundó: “Somos los primeros en tocar rock en tzotzil. Fuimos los primeros en saltar a una escena más cercana a la gente. Hubo otros en el centro del país que tocaban en náhuatl y otomí, pero a nosotros” y otro grupo de Sonora “que cantan en serio nos tocó la época de la globalización. Ese es el mérito que nos hace decir que fuimos los primeros en cantar en lengua; somos los primeros que tuvimos la oportunidad de darnos a conocer a otro nivel más allá de la televisión y de los medios masivos. El problema de otras propuestas es que no tuvieron cobertura, ya que la televisión y la radio en aquellos tiempos estaban más enfocadas a cuestiones populares y comerciales”.

En su opinión, “no se ha explotado el capital cultural que tiene México, sobre todo el capital cultural de los pueblos indígenas”, finalizó.