Salud mental: un tabú que prevalece en Chiapas

Salud mental: un tabú que prevalece en ChiapasUna descuidada salud mental puede derivar en problemas como ansiedad, depresión y adicciones. Diego Pérez / CP

En los últimos años la salud mental ha ganado espacio en las conversaciones públicas, sin embargo, en Chiapas continúa siendo un tema rodeado de estigmas y limitaciones; prejuicios, factores económicos y culturales limitan el acceso a la atención psicológica.

Especialista

El psicólogo y psicoterapeuta Gestalt, Enrique Gallardo Madrigal, explicó que la depresión, ansiedad y estrés laboral se han convertido en los padecimientos más comunes en la entidad.

Gallardo Madrigal, señaló que la idea equivocada de que “solo los locos van al psicólogo” todavía persiste entre la población, lo que provoca que muchas personas busquen resolver sus conflictos en otros espacios, como la religión o la familia, antes de acudir con un profesional de la psicología.

El problema, advirtió, no solo es cultural; también intervienen factores económicos y estructurales.

Crisis impide dar atención

El sistema de Salud Pública en México enfrenta una crisis que impide dar atención suficiente a la demanda, mientras que las consultas privadas siguen siendo consideradas un lujo al que solo una parte de la población puede acceder.

“En Chiapas es común que antes de acudir a un psicólogo, las personas busquen orientación en líderes religiosos, amigos o familiares. No es que esto esté mal, pero se vuelve insuficiente cuando se trata de problemas clínicos como ansiedad, depresión o estrés crónico”, mencionó.

De acuerdo con estudios recientes, la depresión, la ansiedad y el estrés, especialmente el laboral, son los padecimientos más recurrentes en el país.

A estos se suman problemas de adicciones, disfunciones familiares y conflictos de pareja, que sin un diagnóstico profesional pueden confundirse y empeorar con el tiempo.

No se dan consejos

“Muchos creen que vamos a dar consejos, pero esa no es nuestra función. En Gestalt, por ejemplo, trabajamos en el aquí y el ahora de la persona, analizamos su conducta y emociones, y buscamos que construya estrategias propias para enfrentar sus problemas. No se trata de decirle qué hacer, sino de acompañarla en un proceso de conciencia y cambio”, afirmó.

Por otro lado, destacó que la salud mental es un pilar en la calidad de vida.

Si no se atiende, puede derivar en problemas más graves: ansiedad, depresión, adicciones, incluso disfunciones familiares que afectan a varias generaciones.

“No están solos, pedir ayuda no significa debilidad, sino valentía. Ir a terapia es un acto de autocuidado. No es un privilegio, debería ser un derecho, y mientras eso se concreta, es importante que cada vez más personas se atrevan a dar ese primer paso”, enfatizó.