Durante su conferencia titulada «El culto popular a San Pascualito Rey en Chiapas y al Rey San Pascual en Guatemala», el antropólogo e historiador Carlos Alberto Navarrete Cáceres, explicó que sus raíces se funden con la cultura popular del culto a la muerte, a los muertos, la Semana Santa y al santoral católico romano.
Los paralelismos y las aparentes incongruencias que Navarrete observó en los cultos que al santo realizaban en Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez, lo llevaron a iniciar en 1971 una investigación acerca del culto a San Pascual Bailón y sus orígenes.
Dijo que se trata de un personaje del santoral cristiano, en un principio patrón de la cocina y la repostería, por lo que su actual vinculación a la muerte fue algo que le llamó la atención.
En Chiapa de Corzo, en Tuxtla Gutiérrez y en diversas regiones de Guatemala, se rinde culto al mismo santo, pero con atributos (como las alteraciones de su nombre) que varían un poco de región a región.
Coinciden en que su culto en que es celebrado cerca de la Semana Santa y en que se le vincula con la muerte. Las tradiciones populares lo hacen autóctono de Chiapas y Guatemala.
Los años de investigación realizada por Navarrete , deducen que la peste negra, aquella enfermedad que asoló Europa en la época medieval, vincula al santo de la cocina y la repostería con el culto a la muerte y su posterior sincretismo con la figura de la Santa Muerte.
Pascual Bailón es un santo reconocido por la Iglesia Católica Romana, quien lo asignó como patrón de panadería, repostería y la cocina. A diferencia de este Pascual, el que se arraigó en la tradición novohispana bajo el nombre de Pascualito Rey y Rey San Pascual, no es reconocido por la Iglesia, sobre todo en su faceta que lo representa como un esqueleto con los atributos de rey o señor de la muerte y por ende, de la vida.