San Pascualito, un santo no reconocido

Como cada 17 de mayo, fieles creyentes a san Pascual Bailón acudieron desde temprano para llevar arreglos florales, veladoras y coronas de chupipí a la iglesia ortodoxa en honor a este santo. Otros cargaban ramos de albahaca para ser “rameados”, confiando en que su plegaria sea escuchada, pues es considerado uno de los santos más milagrosos y curativos.

Para que las mujeres puedan ingresar al recinto deben cubrirse la cabeza, y en la puerta de la iglesia pende una lona con el mensaje de seguir el ejemplo de María Santísima, quien nunca se apareció ante los ojos de los hombres sin tener velo.

En 2019 se conmemoraron los 60 años de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa Independiente Mexicana (Icaoim). Chiapas es uno de los estados del país que destaca por celebrar a este santo, a quien la Iglesia católica no lo reconoce como tal, ni el tipo de prácticas que allí se realizan, por lo que rechaza su veneración.

Su culto tiene raíces prehispánicas, representa a un dios de la muerte. Es también venerado en Guatemala en forma de un esqueleto, su iconografía lleva una capa y una corona.

San Pascual también es considerado como el patrono de los cocineros, y existe un refrán popular que reza: “San Pascual Bailón, atiza mi fogón y concédeme buena sazón”, con la variante: “Tú me pones la sazón y yo te bailo un danzón”, por lo que muchas veces se considera que, si el santo patrono de los cocineros ha intercedido por ti, se debe bailar como ofrenda a esta figura.