En el corazón del tradicional barrio de San Roque, la comunidad católica se congregó este 8 de agosto para dar inicio a las fiestas patronales en honor a este milagroso santo y a San Bartolomé apóstol, una celebración que se ha convertido en símbolo de identidad, fe y reconstrucción del tejido social en la capital chiapaneca.
A través de una serie de actividades religiosas, culturales y comunitarias, se busca fortalecer el tejido social del barrio, fomentar la convivencia familiar y renovar la fe en un ambiente seguro, incluyente y sin violencia.
Mensaje
El párroco José Luis Hernández Camanga, el vicario Gilberto Hernández García y miembros del patronato parroquial, explicaron el extenso programa que comprende dos novenarios consecutivos del 8 al 24 de agosto, dedicados a ambos santos, con actividades que entrelazan lo espiritual, lo cultural y lo comunitario.
“Estas fiestas no solo son una expresión de fe, también son una oportunidad para el reencuentro entre vecinos y familias, en tiempos donde aún vivimos las secuelas de la descomposición social”, destacó Hernández García.
Además, subrayó la importancia de recuperar estas tradiciones como espacios que fomentan la fraternidad, la convivencia sana y la reconstrucción de vínculos comunitarios.
Pozol, oración y comunidad
Desde las primeras horas de cada día, las familias del barrio ofrecerán la bebida tradicional conocida como el pozol como símbolo de hospitalidad y generosidad, en un gesto que se repite año con año y que marca el inicio de cada jornada festiva.
El novenario en honor a San Roque se desarrollará del 8 al 16 de agosto, mientras que el de San Bartolomé iniciará el 17 y concluirá el 24.
Ambas festividades contarán con procesiones, misas, confirmaciones, primeras comuniones y actividades religiosas que buscan fortalecer la vida espiritual de la comunidad.
Además, el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González oficiará dos importantes celebraciones: el 10 de agosto y el 24 de agosto.
Tradiciones vivas y nuevas generaciones
Uno de los actos más entrañables será la bendición de mascotas, programada para el 14 de agosto a las 4 de la tarde, en honor al gesto del perro que, según la tradición, alimentó a San Roque cuando este enfermó mientras ayudaba a víctimas de la peste.
Asimismo, se celebrará la coronación de las reinas: infantil, juvenil y de la tercera edad, integrando a todas las generaciones en esta festividad; la ceremonia será el 10 de agosto, seguida de un baile popular.
Cultura, folclor y alegría
Las festividades también tendrán un nutrido programa cultural que incluirá presentaciones de danzas folclóricas, artistas locales, encuentros eucarísticos y eventos comunitarios como la tradicional lucha libre el 20 de agosto, así como bailes populares del 21 al 23 de agosto.
El 15 de agosto, los joyonaqués— elaboraciones artesanales con flores y hojas que forman imágenes religiosas— serán confeccionados en el atrio de la parroquia como parte del arte devocional del barrio.
Ese mismo día, las peregrinaciones y arreglos florales llenarán de color y fervor las calles.
Cierre de la festividad
El 16 de agosto, día principal en honor a san Roque, se realizará el tradicional paseo de la imagen original a las 5 de la mañana, seguido de una misa solemne, comida comunitaria y música en vivo.
Del 17 al 24 de este mes, las celebraciones continuarán con San Bartolomé, incluyendo la coronación, procesión y platillos tradicionales.
Las festividades culminarán el 24 de agosto con una misa de acción de gracias y la presencia del arzobispo José Francisco González González, quien clausurará oficialmente esta edición 2025 de las fiestas patronales.
Por otro lado, los organizadores subrayaron que se trata de una celebración libre de alcohol, música violenta o de contenido inapropiado, con el objetivo de garantizar un ambiente familiar, respetuoso y lleno de espiritualidad.
“La fiesta es para todos, es una muestra de que la convivencia humana en medio de la diversidad es posible. Les invitamos a que nos acompañen, a vivir con nosotros esta tradición que da vida al barrio y esperanza a la ciudad”, concluyeron los representantes parroquiales.