En diversas comunidades de Ocosingo se han encendido los focos rojos, debido a que el nivel del Jataté, uno de sus ríos principales, ha bajado 50 por ciento de su capacidad, afirmó Antonino García, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo.
En entrevista agregó que ello ha causado mucha preocupación de 50 mil habitantes de 36 comunidades de las cañadas porque “los arroyos y manantiales se les han empezado a secar”.
Explicó que el Jataté “es parte de la gran cuenca del río Usumacinta y en general toda esa cuenca ha bajado mucho de nivel el agua; lo que encontramos en un proyecto de cambio climático; encontramos anomalías en las 70 estaciones hidrométricas que tiene la Comisión Nacional del Agua (CNA) sobre precipitación en los últimos ocho años, lo que quiere decir que los ciclos de lluvia son muy irregulares: Llueve fuerte tres horas y deja de llover tres días o llueve tres días y deja de llover tres semanas”.
Esa precipitación, abundó, “hace que llueva rápido, escurra rápido y se vaya el agua al mar en el Usumacinta porque tampoco tenemos mucha cobertura vegetal, andamos sobre el 40 o 35 por ciento ya en toda la cuenca del Usumacinta”.
Entonces, “lo que encontramos ahora es un río Jataté al 50 por ciento de su capacidad; la primera semana de junio de este año el Usumacinta llevaba a la altura de la zona de Frontera Corozal, un 40 por ciento de su capacidad, es decir, se veían las rocas en el fondo del río, o sea que llevaba un hilo que llevaba el Usumacinta; además, hay que considerar que el 57 por ciento del territorio de esta gran cuenca está del lado de Guatemala y que también allá tenemos grandes tasas de deforestación”, expresó.
García manifestó que los anteriores “son datos oficiales que se sacaron de un proyecto de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que financió la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); ese estudio lo hicimos el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y la universidad Autónoma de Chapingo en el Usumacinta”.
Comentó que desde hace algún tiempo, él está trabajando en 36 comunidades de las cañadas de Ocosingo, ubicados en el primero, segundo y tercer valle. “Hay 36 comunidades muy preocupadas por el asunto del agua porque los arroyos y manantiales se les han empezado a secar, por lo que estamos midiendo curvas de nivel con el aparato A y enseñando a la gente a trabajar con ese aparato para poder hacer zanjas de infiltración para meter agua a manantiales y arroyos y también que se utilicen para algo de reforestación, pues tienen viveros comunitarios para empezar a reforestar”.
Dijo que antes “había una estación hidrométrica en el Jataté que ya no funciona, pero la baja en el nivel del río lo podemos ver poniéndonos abajo del puente de la comunidad de San Jacinto; se ve el puente y el nivel de agua máximo que llegó ahora es de un 40 o 50 por ciento de lo que llegaba. Está la marca y los datos de este estudio de 60 años obtenido por 70 estaciones hidrométricas en toda la cuenca del Usumacinta nos lo confirman. Ahí está la evidencia científica de que los ciclos de lluvia son ahora complemente irregulares”.
Aseguró que “por lo menos en los últimos seis años es la primera vez que baja tanto el Jataté; según los testimonios de la gente, ese río era navegable en lancha hace 15 años y ahora ya no porque tiene un metro o metro y medio de profundidad, máximo. Era un río de cinco ó seis metros de profundidad en épocas de estiaje y llegaba hasta a diez metros en épocas de lluvia”.