Selva baja caducifolia, al borde de la desaparición

Durante el desarrollo del foro virtual “Ecosistemas críticos de Chiapas”, Mercedes Concepción Gordillo Ruiz, investigadora de tiempo completo en la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), reveló que la selva baja caducifolia está al borde de la desaparición en el estado, toda vez que sólo queda un 4 % de la superficie de este tipo de vegetación.

La situación alarmante, refirió, se encuentra en dos zonas muy marcadas: la región Istmo-Costa y la Depresión Central; si la situación no se corrige, advirtió, estos espacios están condenados a desaparecer. A pesar de los daños que se han hecho (en gran parte por las actividades humanas), estos sitios resguardan un promedio de mil especies de plantas.

Lo que ahora se observa en estas zonas, mencionó la doctora en Ciencias en Desarrollo Sustentable, es un bosque secundario, debido a que la vegetación original fue alterada en los últimos años. En la presentación de los datos, refirió que en el planeta son los bosques tropicales los que tienen la mayor superficie al concentrar el 45 %. Después aparecen los boreales con el 27 %, el templado con el 16 % y el subtropical con un 11 %.

En el foro virtual se explicó que un ecosistema crítico es aquel que muestra una reducción significativa de sus componentes, es decir, las especies que conviven en este tipo de vegetación.

Las últimas evaluaciones que han hecho investigadores en el mundo mostraron que los bosques tropicales secos (selva baja caducifolia como se conoce en México), los arbustales, las sabanas y los humedales son los que están en una situación crítica.

Los bosques secos, explicó la investigadora, son lugares que registran entre 500 y dos mil milímetros acumulados de lluvias, albergan una cantidad importante de especies endémicas y también permiten que otras se puedan adaptar al estrés hídrico que van presentando estos ecosistemas.

Durante el desarrollo del foro, mencionó que la selva baja caducifolia alberga unos 258 mil kilómetros cuadrados y sólo conserva un 40 % de esta vegetación en buen estado en México; por eso, insistió, es fundamental que se pueda recuperar y conservar esta vegetación que ha sufrido bastante daños.

Desde la Semahn, explicó, estudiaron una zona cercana a la capital chiapaneca. Ahí se analizó la comunidad de los árboles, que son los que forman parte de la columna vertebral de cualquier ecosistema.

En el lugar (aunque no se dio la ubicación exacta) se establecieron parcelas y midieron a todos los organismos mayores a cinco centímetros; se analizó la altura, el follaje y las hojas de los árboles, también se revisó qué tan conservadas están otras especies de plantas.

En esa zona encontraron un promedio de 30 especies de las familias de las leguminosea; este resultado demostró que el sitio es un refugio de varias especies endémicas y también existe una relación directa con las actividades humanas que sacan beneficios de estas vegetaciones, aunque muchas veces se impacta en la masa forestal.

Finalmente, la investigadora de la Semahn recordó que los bosques con características secas son más vulnerables que los húmedos, debido a que almacenan menor cantidad de carbono y tienen un crecimiento más lento derivado de que son intervenidos de forma constante.