Pobladores de los alrededores de los ríos Mezcalapa, Platanar y Carrizales, localizados entre los estados de Tabasco y Chiapas, afectados por el derrame de hidrocarburos en julio de 2022, denunciaron la falta de cumplimiento de la minuta signada por Petróleos Mexicanos (Pemex).

La fuga reconocida por Pemex afectó los afluentes, al igual que a algunas especies de animales y plantas acuáticas, dejando sin el vital líquido a las reces que bajan a refrescarse hasta los ríos; mismos que también dotan de agua a las plantaciones de café y milpas.

Semanas pasaron antes de que Pemex reconociera la fuga de hidrocarburos. A principios de agosto envió una representación a dialogar con las comunidades de Chiapas y Tabasco. De acuerdo con los pobladores, la paraestatal se comprometió a reparar el daño, pero, a más de seis meses del hecho, la contaminación persiste.

Los pobladores —que prefirieron guardar anonimato— reconocieron la preocupación e incertidumbre que tienen, pues esta situación les ha traído gastos inesperados; por ejemplo, para evitar que los animales mueran por la falta de agua, limpian en el río.

El Platanar y los ejidos Playa y Plutarco, en el municipio de Pichucalco, son algunas de las comunidades afectadas de Chiapas. “La gente está preocupada, porque la verdad se está golpeando a la pastura por la ganadería, la pesca, y está afectando al medio ambiente”, mencionó una de las pobladoras —contactada vía telefónica.

Sobre el derrame originado en el oleoducto número 12, ubicado en la ranchería La Batería (Chiapas), la “ordeña” clandestina del crudo se originó el 26 de julio, de acuerdo con la información oficial.

Durante las primeras semanas afectó en promedio a 600 mil personas de los dos estados vecinos, mismos que no están de acuerdo con la versión del acto vandálico, pues creen que el verdadero problema es la falta de mantenimiento a las tuberías que datan de hace más de cuatro décadas.

“El problema es que controlaron la fuga esta vez, pero los residuos siguen en el río”, coincidieron. Algunos habitantes temen hablar del tema por los intereses que existen por el llamado “oro negro”.