Separación en México de grupos de AA

Alcohólicos Anónimos (AA) es el nombre de una agrupación de exalcohólicos -aunque ellos dicen ser alcohólicos en recuperación- que en todo el orbe tiene éxito para abatir la adicción a esa droga legal en quienes acuden con ellos con el genuino deseo de dejar esas bebidas.

La terapia implica reuniones en la que sus miembros cuentan sus experiencias y hablan de sus problemas debido a la ingesta de bebidas embriagantes. Se les anima a que lean el libro “Alcohólicos Anónimos”, en el que presentan sus principios básicos; asimismo, todos ellos trabajan con los recién llegados para que alcancen la sobriedad. Esta última actividad sirve para encauzar al principiante, pero también ayuda a quien brinda esa orientación para que se mantenga abstemio.

En esa organización prevale la democracia en la toma de decisiones (que ha corroborado el autor de este texto a pesar de no ser AA), sin embargo, en el país han tenido discrepancias que ha llevado a la formación de otras asociaciones tan similares que también dicen ser AA; funcionando de manera análoga a como se detalla en el anterior párrafo.

La doctora Haydeé Rosovsky documentó la manera en que al establecerse esa organización en el país a principios de la década de los 40, sufrió un proceso de “mexicanización”, como es el hecho de que las ceremonias para festejar aniversarios de sobriedad de alguno de sus miembros, o años de funcionamiento del grupo, se desarrollan como fiestas mexicanas, con comida y música de mariachis, situación ausente en otros países.

En varias partes del orbe los asistentes a esas juntas se reúnen formando un círculo, mientras que en nuestro país la posición de los concurrentes es similar a la de un salón de clases.

Desde las reuniones iniciales de los cofundadores de AA, el Dr. Bob y Will W, se ofrece café a los participantes. Cabe mencionar lo que vivió el autor de esta nota al acudir a una sesión de AA en Alburquerque, Nuevo México. Además de ofrecerle café, también le convidaron esas “palomitas” que son comunes en los cines, quedándose con el deseo de preguntar qué película iban a exhibir. No pudo corroborar si esa golosina es propia del grupo en que se encontraba o de todos los que funcionan en los Estados Unidos.

“La característica más distintiva y exclusiva de AA en México es que esta organización se ha ido dividiendo en distintas agrupaciones disidentes que declaran seguir el programa de AA. Esta situación de fragmentación organizacional no ha obstaculizado la vitalidad o vigencia de AA en México” (Rosovsky).

En 1969 se fundó la Central Mexicana de Servicios Generales de AA y fue registrada por la Oficina Mundial de esa agrupación con sede en Nueva York. Los grupos afiliados a esa Central dicen ser los auténticos AA. En los sitios en que reúnen, al dar a conocer el nombre del grupo especifican que pertenecen a la Central Mexicana y que esta forma parte de la Oficina Mundial.

De acuerdo a sus tradiciones, estos grupos de la Central, “deben mantenerse completamente a sí mismos, negándose a recibir contribuciones de afuera”, tampoco tienen opinión “acerca de asuntos ajenos a sus actividades”.

También existen agrupaciones de AA que no están registradas en ninguna parte y están formadas -la mayor de las veces- por gente de clase alta que no desea ser identificada como alcohólicos anónimos por sus empleados, clientes, socios, etcétera y se consideran “grupos cerrados”. Alguna vez el suscrito fue invitado en Tuxtla Gutiérrez a impartir una conferencia con uno de estos grupos que sesiona en el sótano de un edificio. A la entrada no hay ningún letrero que identifique que es un grupo de la doble A y algo similar ocurre en su interior, en el que sólo han colgado en sus paredes un logotipo de esa agrupación, la imagen de los cofundadores y la habitual tribuna. En esa ocasión, los concurrentes fueron personas muy conocidas en la capital de Chiapas.

En 1975 se dio una división con la formación del “Movimiento 24 horas”, cuyos integrantes alegaban que acudir a una sesión diaria de 90 minutos, como es habitual, es insuficiente, por lo que la incrementan hasta 16 sesiones diarias. También argumentan que se requiere ofrecer alojamiento para aquellos alcohólicos que han perdido todo, por lo que en sus propios locales empezaron a crear habitaciones al que denominan “anexos”. Los albergados en esos espacios ayudan al grupo con servicio de limpieza o en la cocina, reincorporándose al mundo exterior cuando su estado lo permite.

En 1979 los grupos de 24 horas se subdividieron y dio origen al movimiento 24 Horas y Terapia Intensiva.

En 1985 se registró otra fragmentación. Dentro de la Central Mexicana surgió un movimiento reclamando la falta de cumplimiento en México de los estatutos mundiales de AA, los cuales garantizan un sistema de elección de servidores por rotación, aunque la razón principal de esta división -según han dicho a Carlos Hiram- fueron asuntos relacionados con el manejo de las finanzas. De esta manera nace la “Sección México”, cuyos integrantes argumentan que ellos representan “un regreso a lo fundamental”.

Del 11 al 13 de junio del 2021, la Sección México realizó en Tuxtla Gutiérrez su Novena Convención Nacional. Desafortunadamente, la prensa local se limitó a señalar la gran cantidad de basura que dejaron los asistentes a esta reunión.

Por el contrario, los grupos de la Central Mexicana, por la pandemia, han cancelado en todo el país cualquier acto masivo.

Con cualquiera de las modalidades de atención mencionadas se satisface parcialmente una necesidad, debido a que los recursos que las autoridades gubernamentales destinan para la atención del borracho son escasos, dada la magnitud del problema.

Estas son las divisiones que en AA del país se han formado con el paso de los años.