México es el segundo país en América Latina en incidencia de crímenes de odio por razones de orientación sexual e identidad de género, solo por debajo de Brasil. Desafortunadamente, no existen estadísticas concretas sobre los casos registrados en cada entidad federativa, únicamente los casos que recolectan organizaciones civiles.
Xochipilli Maciel Villaverde, director general adjunto de Agenda LGBT A. C., manifestó que las cifras son inexactas, ya sea porque en las fiscalías no se tipifican adecuadamente estos delitos, como tampoco hay protocolos de atención, prevalece el estigma de parte de los elementos de seguridad y, sobre todo, que en muchas familias por pena ocultan que la víctima es parte de la diversidad sexual.
Indicó que algunas organizaciones civiles y observatorios nacionales como estatales registran los casos que son publicados en los medios de comunicación, pero se debe considerar que no todos son denunciados y tipificados como tal, por lo que existe un subregistro muy amplio.
Refirió que la inclusión y la visibilización de la población lésbico, gay, bisexual y trans (LGBT) tiene grandes ventajas en términos de derechos humanos, mas una desventaja lamentable es la violencia que enfrenta. Es necesario capacitar a todas las áreas de los gobiernos a nivel municipal, estatal y federal.
Mencionó que en el caso de Chiapas, son varios factores los que hacen falta para hablar de un reconocimiento pleno de sus derechos a la población disidente sexual, como, por ejemplo, una ley de identidad de género, y la tipificación de agresiones y crímenes de odio por razones de identidad de género. Hay que recalcar que el Legislativo no ha hecho la reforma al Código Civil en materia de matrimonio igualitario.
Si bien existe una atención integral al VIH a nivel nacional, la cobertura no es la suficiente para poder cubrir las metas que se han propuesto. Además, un factor muy trascedente es que no se han prohibido los esfuerzos para corregir la orientación sexual y la identidad de género, declarados violatorios a los derechos humanos.
Tampoco existe el reconocimiento en ningún estado del país de las infancias y adolescencias trans, tampoco existen protocolos de atención a personas LGBT en las policías municipales y estatales por agresiones y crímenes de odio. En general, no hay un programa estatal de atención a la diversidad sexual.