Siniestro pasado: Amenazan a Montoya

Publicado el viernes 11 de enero de 2002Omar Escamilla / CP Eduardo Montoya Liévano, cuando era procurador de justicia, recibió una llamada telefónica de Pablo Salazar Mendiguchía para conocer el avance de la averiguación previa sobre la validez de su título y cédula profesional de abogado, diciéndole que enviaría a dos personas de su absoluta confianza, César Chávez y Milton Escobar, para tratar este asunto.

Entrevistado al respecto Montoya afirma que se negó a utilizar el poder judicial para evitar que Salazar llegara a la gubernatura de Chiapas. “Un instrumento del Estado como Procuraduría con la fuerza que tiene, hubiera logrado muchas maldades y un servidor tiene la conciencia tranquila y de eso se trató la llamada telefónica. No tengo nada que esconder”, dijo.

El exprocurador, encarcelado en el penal de Cerro Hueco, recordó que estaba en su casa cuando recibió esa llamada telefónica de Salazar: “ya entonces era gobernador electo cuando recibí esa llamada telefónica del señor Salazar a la casa de ustedes. Pero quiero aclarar que el gobernador Pablo Salazar lo que hizo en aquella ocasión, fue el mencionarme que enviaría a su representante o la persona de su confianza para conocer cual era el estado que guardaba la averiguación previa que obraba en su contra, estas personas eran César Chávez y el actual presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, a ellos les consta y ustedes también que siempre dije lo mismo, no utilizaré la Procuraduría de Justicia del Estado para evitar que el señor Pablo Salazar llegue a ocupar la gubernatura”.

A pesar de lo que ha sucedido, Montoya Liévano dice, “sigo teniendo confianza en la justicia y en las instituciones”, aunque su familia sufrió una agresión y ha sido víctima de hostigamiento, señalando como responsable directo de estas acciones al procurador Mariano Herrán Salvatti.

“Mi esposa recibió una llamada telefónica, que está registrada, en las que dijeron que las payasadas que hizo mi familia, pronto tendrán una respuesta en mi contra”, denunció.

“Aunque quisiera pensar lo contrario, añadió Montoya Liévano, creo que la Procuraduría nuevamente podría ser el instrumento para intentar una venganza más en mi contra, pero creo que la sociedad debe de estar enterada de esto, no les pido bajo ninguna circunstancia a las autoridades clemencia, lo que les pido es que cumplan con su deber con la justicia, si la justicia está a mi favor y mis abogados están poniendo todo de su parte, quiero que ustedes recuerden esto y que no se vaya a tergiversar”.

Sin embargo, Montoya Liévano externó sus temores: “el gangster habla como gangster, vive como gangster, se rodea de como gangster y tiene bienes dignos de un gangster. Su servidor, es conocido por toda la sociedad chiapaneca, que así como viví antes de que fuera funcionario público de primer nivel, sigo viviendo actualmente. Mi única preocupación -puntualizó- es la subsistencia de mi familia y sí temo por mi vida”.

El exprocurador fue entrevistado por el diario Cuarto Poder, ayer después de que sostuvo un careo con el excontroladora Socorro Zebadúa, en el juzgado tercero del ramo penal, ubicado en Cerro Hueco.

“Jamas utilice a la Procuraduría como instrumento de represión, mucho menos para evitar que Pablo Salazar llegara a la gubernatura de Chiapas. Un instrumento de Estado como la Procuraduría, con la fuerza que tiene, hubiera logrado muchas maldades y un servidor tiene la conciencia tranquila y de eso se trató la llamada telefónica. No tengo nada que esconder”, dijo.