Siniestro pasado: Cesan al jefe del hospital “mortal”

PUBLICADO 15 DE ENERO DEL 2003Fredy Pérez / CPEl médico Raúl Belmonte Martínez se enteró de su salida como director del Hospital Regional de esta ciudad, donde murieron 31 menores de diciembre a enero, durante un recorrido de supervisión que realizaron por el nosocomio, peritos de la Procuraduría de Justicia, médicos de la Secretaría de Salud y la contralora general del Gobierno estatal, Muna Dora Buchaín.

Al término de la verificación que realizaron los funcionarios de la SSA, Procuraduría de Justicia y la Contralora, el médico responsable del nosocomio se reunió en privado en el almacén del hospital, por más de una hora, con Buchaín y al término del encuentro salió con el rostro desencajado.

-¿Doctor, se va a amparar?

-Ni idea. No sé lo que está pasando.

Pero el médico Jorge Arturo Pinto Astillo, uno de los siete pediatras que laboran en el nosocomio se acercó a Belmonte Martínez para preguntarle qué es lo que sucedía y el ex funcionario respondió: “¡Que nos acusan de todo!”

Mientras que la noticia de la remoción del director se propagaba por el hospital lleno de pacientes, pues llegaban heridos de un accidente automovilístico, los médicos y las enfermeras se agrupaban por los pasillos y hacían comentarios.

Uno de ellos no lo pensó y se fue en contra de Buchaín.

Le pidieron que explicara qué pasaría con el médico destituido y preguntaban si sería arrestados por la Procuraduría de Justicia del estado.

La funcionaria dijo que no había nada de esto y que la remoción del director era parte del proceso para continuar con la investigación que realizaban para conocer las causas de los decesos de los menores.

Antes, durante los recorridos por las instalaciones del nosocomio, el ex director declaró ante los visitantes que de siete pediatras con que cuenta el hospital, ni uno llegó a trabajar el 25 de diciembre.

Reveló que en diciembre pasado nacieron 406 menores de edad. “Rompimos récord”, dijo ante Buchaín, funcionarios de la Procuraduría de Justicia y de la Secretaría de Salud.

En meses “normales”, agregó el médico originario del Distrito Federal, el nosocomio que estuvo a su cargo nacieron entre 200 y 230 niños mensualmente; en promedio entre 15 y 18 por día, pero al mes fallecían tres.

Ahí los funcionarios hicieron cálculos al vuelo y uno de ellos dijo que los 26 bebés muertos en diciembre, representa casi el 10 por ciento de los 406 nacimientos.

“Subió por que se incrementó el número de bebés; pero no todos (los bebés) nacieron aquí”, atajó Belmont Martínez, a quien se le notaba nervioso.

En uno de los pasillos, uno de los peritos interrogó al ex director y le preguntó si fumigaban algunas áreas como denunciaron los padres de los niños muertos , así como la cantidad de algunos químicos desinfectantes que la Secretaría de Salud debe enviarles.

Ahí fue más notorio el nerviosismo de Belmont Martínez, y cuando la Comisión de Visitantes ingresó al área de pediatría, ya no permitieron el acceso a los reporteros.

“¡Que nos acusan de todo!”

Culpaban de todo a los médicos, pero el verdadero culpable es el entonces gobernador, que sabía incluso que meses antes, por falta de recursos que él se negó a proporcionar al Hospital Regional, se envió una circular firmada en que se ordenaba que las jeringas desechables debían ser reutilizadas, algo aberrante y grave al ser factor de transmisión de enfermedades.

Culpable

Pablo Salazar el es verdadero culpable de la muerte de los más de 35 recién nacidos, pues sabía de la gravedad de la situación y aún así no intervino porque era el municipio del que era originario de su enemigo político Roberto Albores Guillén.

Cierre parcial de nosocomio

El área de cuidados intensivos de tan solo seis por cuatro metros cuadrados, donde se atendieron algunos de los treinta niños que perdieron la vida entre el uno de diciembre y dos de enero, es el único espacio que ha sido clausurado en el Hospital Regional en esta ciudad de Comitán.

El resto de las especialidades y áreas siguen funcionando.

Aunque el gobernado Pablo Salazar Mendiguchía anunció la víspera, que el espacio de cuidados intensivos había sido cerrado, no fue sino hasta este jueves que las autoridades del Hospital Regional de esta ciudad se dieron a la tarea de colocar un letrero “área fuera de servicio temporalmente”.

Un grupo de peritos de la Secretaría de Salud y de la Procuraduría de Justicia del estado conoció el área inhabilitada, así como el nuevo espacio que fue abierto con cuneros e incubadoras para los recién nacidos prematuros o algunas otras complicaciones.