Originario de Tapachula, Chiapas, y con 18 años de edad, Diego es uno de los beneficiaros del programa de cirugías que aplica la fundación Smile Train en asociación con médicos locales de México y el mundo.
En el año 2003, cuando Diego nació, su madre Fátima Zorrilla se sorprendió pues desconocía que algún familiar cercano haya padecido la anomalía craneofacial conocida como labio leporino (fisurado) y paladar hendido.
Sin embargo, no dudó en acudir a las instancias necesarias para que Diego pudiera recibir el tratamiento adecuado.
De manera inicial fue intervenido por asma en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que prácticamente desde el primer año de nacido se le practicaron cirugías para corregir el píloro (abertura inferior del estómago, por donde éste comunica con el intestino delgado).
Al paso del tiempo, la alianza entre la fundación Smile Train con la fundación local Misión 33 le brindó una cirugía especial con un injerto en la encía para perfeccionar las cirugías en el labio.
Llegó a la fundación Misión 33 gracias a que su dentista es parte de la organización, por lo que recibió terapia de lenguaje, lo cual le ha sido muy útil, comenta.
En el caso de la organización Misión 33, con actividades en Chiapas, las acciones se encaminan a beneficiar casos como el de Diego, quien asegura ha logrado llevar una vida bastante normal, libre de burlas.
Como parte de sus actividades cotidianas, Diego disfruta ser voluntario de la organización Misión 33 en la que también su mamá participa de forma activa.
En la actualidad está a punto de ingresar a la Licenciatura en Medicina Humana, de la cual dice que le apasiona por el sinfín de veces que visitó a los galenos, además porque en su interior tiene la amplia convicción de ayudar a las personas que lo necesiten.