Sombrerería Grajales, a 60 años de ventas

Sobre la calle Real de Guadalupe (ahora llamada Andador Guadalupano) se ubica desde hace 60 años la Sombrerería Grajales, que ha logrado sobrevivir a los vaivenes de la moda, la competencia, las crisis y otros inconvenientes de los negocios.

Son seis décadas vendiendo sombreros, protegiendo la cabeza de hombres y mujeres del sol, el frío y la lluvia, además de usarlos como una prenda de vestir para destacar la elegancia.

El establecimiento cuenta con muchos modelos, pero los que por ahora tienen más demanda son los de tipo Panamá, “que no son de importación sino hechos en Yucatán”, comentó la propietaria, Susana Carolina Domínguez Vázquez, quien además contó que en una ocasión un político indígena adquirió un sombrero que costó 17 mil pesos.

“Los que se están vendiendo más, además de los de tipo Panamá, son el ecuatoriano, también hecho en México, y tenemos de muchas calidades de telas, fibras, palma, lino de colores, manta algodón, fieltro, de algas, de yute, de gamuza, de palma con papel arroz, de petatillo. Todos vienen de fuera, salvo el típico. Tenemos mucha variedad. Vienen de fábricas ubicadas en Monterrey, Jalisco, Michoacán, Yucatán”, comentó.

Los sombreros son una prenda de vestir que se utiliza específicamente para cubrir la cabeza, del sol o el frío, e incluso marcar un estatus social.

Antes, contó Domínguez Vázquez, “teníamos más ventas con los indígenas de la región que los usaban para el trabajo. Eran sombreros Resistol, el vaquero, de lona, de palma”.

Señaló que “ahora más gente mestiza usa sombrero por los cambios en la sociedad, y tiene que ver también con el sol que es más fuerte y las personas buscan protegerse de los rayos. Tenemos sombreros que vienen con una protección especial para evitar el paso de los rayos. Ese se vende bien”.

Agregó: “La tienda la empezaron mi papá Óscar Domínguez Liévano y mi mamá Elvia Grajales Flores, un 14 de febrero de hace 60 años y se ha mantenido”.

La calle Real de Guadalupe tuvo siempre un comercio importante. Frente a la Sombrerería Grajales estuvo mucho tiempo La Segoviana, una tienda con productos varios de Joaquín Hernanz, quien llegó de España.

Rodeada de sombreros de todo tipo, Susana Carolina contó en entrevista que “somos de las sombrererías más antiguas de San Cristóbal y nos hemos mantenido durante seis décadas”.