En las calles de la capital chiapaneca se puede ver a Misael, un joven con discapacidad para hablar, caminando en compañía de su intérprete de lenguaje de señas mexicano (LSM), quienes realizan la venta de tascalate artesanal desde muy temprano hasta el medio día, y en algunas ocasiones por las tardes.
Ana, quien es su interprete, reconoce que conoció a Misael porque él necesitaba una persona que le ayudara a las ventas que diariamente realiza, pues es él mismo quien realiza la preparación del tascalate con la receta que le dio su abuela.
Comenta que Misael empezó con la venta de esta tradicional bebida, pues para él era complicado conseguir un empleo, a lo que se sumó la pandemia por Covid, sin embargo; esto no fue limitante para desarrollar su proyecto y salir a buscar compradores.
Horario
Ana también expone que su día laboral incluye las actividades desde las 8:00 de la mañana a eso de las 2:00 de la tarde, aunque en algunas ocasiones, lo extienden por un par de horas más.
Recorren las calles del centro de la ciudad ofreciendo el producto, además de que acuden a sitios concurridos como el parque Central, el parque de la Marimba, oficinas, escuelas, restaurantes.
Interprete del LSM
Ana, ahora es su intérprete, pero ha aprendido el LSM gracias a Misael, quien la ha enseñado.
También detalla que al conocerlo empezó a comunicarse por medio de WhatsApp en el teléfono, pero poco a poco ha logrado aprender el LSM y ahora se comunica con fluidez con él.
Expresa que si bien se han encontrado con algunas personas que piensan que la discapacidad para hablar es una enfermedad, esto no es así, por que no limita su trabajo, pero también hay muchas personas que lo motivan a seguir con su emprendimiento.
Reconoce que es un buen compañero de trabajo y con un gran ímpetu y fortaleza en su emprendimiento.
Misael se hace cargo de las compras de la materia prima con la que elabora el tascalate, para después hacer el trabajo de dorar el maíz, y colocar el resto de ingredientes como el cacao, achiote y azúcar.