Las autoridades de la comunidad Tzajalchén, municipio de Chenalhó, denunciaron que sujetos armados realizaron disparos de armas de grueso calibre “en dirección hacia donde realizábamos una reunión de coordinación para resolver un problema sobre venta de drogas”.
Agregaron que miembros de la organización de Las Abejas de Acteal “realizaban una reunión en frente de la iglesia católica, a donde también llegaron varios balazos”, sin que alguien resultara lesionado en ninguno de los dos casos.
Las autoridades explicaron que los hechos sucedieron el pasado lunes 8 a las 18:08 horas, por lo que reportaron tal situación al juez municipal de Chenalhó, cuyo nombre no dieron a conocer, “para pedir su intervención, protección y seguridad para la población, pero desafortunadamente no fue escuchada nuestra petición”.
Postura
Agregaron que, por el contrario, “en lugar de obtener solución a nuestras demandas, fuimos culpados de secuestrar a una mujer a quien habíamos detenido de acuerdo con nuestros usos y costumbres estipulados en el artículo 2 de la Constitución Política de México, pues fue descubierta vendiendo drogas”.
Sin embargo, dijeron, “los policías nos calificaron de secuestradores, por lo que fueron detenidos el agente rural municipal, Sebastián Pérez Jiménez y Sebastián Pérez Vázquez, miembro de la organización de la Sociedad Civil de Las Abejas de Acteal; fueron liberados después de unas horas”.
Les recordamos, señalaron las autoridades, “que nuestra comunidad Tzajalchén ha sufrido mucho por la violencia de los grupos criminales; por ejemplo, los niños no van a la escuela desde el año de 2021, ya que los maestros y los médicos se fueron por el miedo a la violencia; en nuestra comunidad ya no hay tranquilidad y los causantes de todo esto, son los mismos que siguen causando miedo y terror, pero los gobiernos federal y estatal no actúan para hacer justicia, al contrario, están del lado de los criminales”.
Aseguraron que “cuando los habitantes de esta comunidad tratamos de documentar la actuación de los policías, tomando fotografías con nuestros celulares, se molestaron y nos quitaron nuestros teléfonos para borrar las imágenes, porque no quieren que se conozcan públicamente las violaciones que nos hacen a nuestros derechos humanos”.