Una hija de siete años, su esposa, su madre y demás familiares esperan el regreso de Javier Santos Mandujano, desaparecido hace 26 días en Tuxtla Gutiérrez. El joven originario de Cintalapa acudió de visita a la capital, desapareciendo desde el 30 de septiembre mientras estaba en una vivienda (propiedad de su madre) ubicada en la colonia Jardines del Pedregal.
Aminta Mandujano Espinosa, mamá de Javier, apuntó que es posible que haya avances en las investigaciones por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero no se les han hecho saber.
Por lo anterior, decidieron acudir una vez más a las afueras del organismo de procuración de justicia a fin de que las autoridades agilicen las investigaciones, debido a que “ellos (las autoridades) tienen el poder y pueden dar órdenes para agilizarlo”.
Expresó que el joven salió de Cintalapa el pasado viernes 29 de septiembre: “Él salió (en esa fecha) a las 7:30 de la noche, a un evento que había aquí (en Tuxtla), con su esposa y unas amigas, pero el coche se descompuso, por lo que tuvo que llevar el carro al taller y las mujeres se fueron al evento, y él, en vez de irse al evento, se fue a otro lado; posteriormente se encuentran todos, las mujeres y él, y se van a la casa, luego él se sale y hasta ahí, de ahí ya no supe más”.
Versión de los hechos
Refiere que el joven salió llevando consigo sus documentos personales y sus tarjetas bancarias, agregando que el día sábado, a eso de las 6 de la mañana, estuvo marcando al número de teléfono de su hijo, y sí entraba la llamada, pero ya nadie contestó; cuando volvió a marcar alrededor de las 6:30 o 7:30 de la mañana, el teléfono ya no respondía.
En tanto que María Guadalupe Granados, esposa de Javier, hace un llamado a la sociedad, así a su pareja, para que se comunique con ellos, ya que su hija está muy preocupada y triste, y siempre pregunta por él. “Todos los días (pregunta) qué donde está su papá, a qué hora va a llegar; si él nos está viendo que se comunique con nosotros, por favor”.
Sobre los detalles de la desaparición, reveló que el día de los hechos ella ingresó a dormir a la habitación de la casa donde se encontraban y Javier se quedó en la sala para después desaparecer.
Refirió que la última conexión visible en su teléfono celular marca alrededor de las 3 de la mañana, señalando que si alguien tiene a su esposo, que lo dejen libre porque él no se mete o le hace daño a nadie.
Sus familiares coinciden en que Javier es un joven muy amable, quien se lleva bien con las personas que conoce.