También la comunidad LGBTT tiene que migrar

La caravana migrante más extensa de los últimos cinco años que partió a inicios de junio de Tapachula, Chiapas, albergó a integrantes extranjeros de la comunidad LGBT+, quienes caminaban con la esperanza de dejar atrás la represión que viven en sus países por sus preferencias sexuales.

Centroamérica y el Caribe son regiones donde la desigualdad, la violencia, discriminación y pobreza han obligado a las personas a migrar en busca de un mejor bienestar, en particular a integrantes de este sector social. Tapachula se ha convertido en un punto clave para quienes van en busca de una mejor vida.

“Seguiremos avanzando como grupo hasta conseguir el asilo que buscamos, eso nos ayudará para sentirnos más liberados de la represión que vivimos en nuestros países”, expone Miquel, un chico gay venezolano que encabezó a la comunidad migrante LGBT+ en la caravana. Él, al igual que muchos de sus paisanos, huyó de su país por la violencia, además de las precarias condiciones económicas.

En países como Venezuela, Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador, la diversidad sexual es todavía más criminalizada y rechazada; en este último país, el matrimonio igualitario se rechaza y ser una persona trans es una condena a muerte.

Estos factores obligan aún más a la comunidad LGBT+ migrante a dejar de sus países y buscar la felicidad, con mejores condiciones de vida. Puede ser México o Estados Unidos su nueva patria.