Tejer en telar de cintura gana terreno entre varones

López Gómez comentó que no es vergüenza agarrar un trabajo destinado tradicionalmente a las mujeres. Elio Henríquez / CP
López Gómez comentó que no es vergüenza agarrar un trabajo destinado tradicionalmente a las mujeres. Elio Henríquez / CP

Tejer en telar de cintura o de pedal que antes estaba reservado casi para las mujeres o se mantenía oculto en las comunidades indígenas, ha ido ganando terreno entre los varones.

Juan de la Cruz López Gómez es uno de los artesanos que no tiene pena gritar a los cuatro vientos que elabora faldas, camisas, rebosos, manteles o bufandas, entre otras prendas.

“Este trabajo ya no sólo es de mujeres. Yo llevo cerca de 30 años haciéndolo y me gusta porque amo mis raíces y eso me fascina; aunque no lo vendo tan caro me gusta hacerlo. A veces me preguntan que por qué lo hago si no costea tus días, pero a veces sí, va saliendo; porque me gusta hacerlo, me apasiona el arte. No lo siento como trabajo. Es un arte”, afirmó.

-¿Cómo aprendiste a tejer?

-Viendo, nada más. Creo que mi sangre ya venía de generación en generación. Mi bisabuela Pascuala era tejedora en telar de cintura y hacía huipiles. Mi abuela Andrea, de 85 años, dejó hace poco el hilado de lana de los borregos de mi mamá porque ya casi no mira y mi mamá, María Gómez López, que es más de bordado en punto de cruz también, es tejedora. Mis hermanas se dedicaban más al telar de cintura.

“Somos de la comunidad de Muctahuiz, municipio de San Andrés Larráinzar y soy artesano, lo aprendí desde chico, inicié con el bordado de punto de cruz y ya después lo dejé un tiempo para estudiar en San Cristóbal. Posteriormente retomé la artesanía con otras técnicas porque no quería quedarme sólo con una, sino que tenía curiosidad de tejer en telar de pedal”, expresó.

En entrevista, añadió: “Primero usé el telar de cintura porque mi mente decía que sí sé tejer en cintura, pero nunca lo había hecho, aunque en mi mente sabía cómo se hace y se me hace fácil. No se me hizo tan difícil aprender en telar de cintura. Aprendí y eso me ayudó bastante a desarrollarme un poco más. Ya que saber telar de cintura me ayudó más el telar de pedal porque son los mismos conteos que se hacen y ahí me involucré más en las tres técnicas: Telar de pedal, de cintura y bordado de punto de cruz”.

Se ha mantenido oculto por miedo al qué dirán

-¿Por qué antes sólo las mujeres se dedicaban a tejer y ahora hay hombres también?

-Creo que se han dedicado mucho antes, pero nunca se habló de eso, nunca se manifestó, siempre se mantuvo oculto por el miedo al qué dirá la gente o porque podrían ser estigmatizados, ya que se decía que era un trabajo de mujeres; por la crítica social; hay hombres que tejen muy bonito y ya están grandes, no es que aprendieron hace poco. Lo mantenían oculto. Les daba pena”.

López Gómez, de 36 años, comentó que “se ha ido logrando la apertura y generando confianza de que no es vergüenza tejer o agarrar un trabajo destinado tradicionalmente a las mujeres”.

Comentó que al ver su fotografía publicada usando el telar, es posible que algunos varones en las comunidades se pregunten que por qué estoy haciendo una labor de mujer. Podrían decir: ¿Acaso es mujer? No. Cualquier trabajo es digno. Vergüenza es robar. Y no sólo soy yo, hay muchos otros hombres haciendo telares en otras partes”.

Difusión

Dijo que dos de sus prendas fueron expuestas en septiembre del año pasado en la pasarela de la Fashion Week, en Nueva York. Fue una pieza hecha en telar de pedal y otra en cintura. Tuve que hacer una colaboración con una diseñadora para ir con ella, pero no me dieron visa para Estados Unidos. Les fue bien a las piezas. Uno de mis sueños es llegar con mis prendas a otros países, eso me ha ayudado bastante”.

Y lo más emocionante, agregó, fue mi participación en el Encuentro de arte y cultura llamado Original Yucatán que se realizó en Mérida el 16 de octubre pasado. “Es una exposición de la Secretaría de Cultura Federal. Llevé una de las prendas, me conocieron e invitaron a la pasarela en el Museo de Antropología el 25 de noviembre y la prenda, una falda, la lució la secretaria, Claudia Curiel. Me sentí muy honrado. Tardé 980 horas hacerla. La terminamos entre tres. Casi un año estuvo guardada y participando en otros eventos”.

Concluyó: “Ya vamos abriendo camino. Mi abuela está muy contenta. Le he enseñado los videos y me dice ‘no te creo’. Y mi mamá dice que por qué antes no hacíamos eso; era porque no había mucho mercado y no se podía ir más allá. El telar ya no es cosa solo de mujeres. Cada vez hay más hombres trabajando y no lo ocultan”.