Las calles del centro de la ciudad, donde a diario se observa el transitar de las personas y vendedores ambulantes, ahora se ha comenzado a ver invadido por las tiendas que venden productos de origen chino.
En un recorrido hecho por Cuarto Poder, a lo largo de tres cuadras se pudo contabilizar hasta 10 tiendas con productos de origen chino, tres de ellas establecidas en edificios grandes.
Lo que antes fue un negocio de muebles frente al registro civil ahora está convertido en una bodega custodiada por guardias de seguridad.
A pesar de faltar varias semanas para las fiestas patrias y halloween detrás del aparador se observan la venta de diversos productos relacionados a dichas fechas.
Esta “fiebre” no solo está ocurriendo en el centro de la ciudad, ya que en otros sitios han surgido grandes tiendas que ofrecen una gran variedad de productos a precios de mayoreo y menudeo.
“Generalmente quienes acuden estas tiendas son dueños de pequeños negocios que se vienen a surtir, llevan desde botes, adornos para fiestas, llaveros y hasta juguetes”, comentó Sergio, encargado de una de estas tiendas.
Destacó que quienes acuden a comprar productos de importación usualmente gastan entre mil y mil 500 pesos como mínimo para surtirse, incluso hay quienes alcanzan hasta los cinco mil pesos.
Temporada
Lo más solicitado en estos días son productos de plástico como botes de agua, sandwicheras, mochilas y hasta útiles escolares; esto se debe a que cada vez falta menos para el regreso a clases.
La temporada de lluvia también es significado de ganancia para estos negocios, sobre los estantes de metal se puede encontrar impermeables de plásticos de diversos colores y tamaños.
“Aunque sean pan para hoy y hambre para mañana” dijo entre risas una clienta apresurada mientras elegía un paraguas porque había comenzado a nublarse.
Afectaciones
A pesar de que estos negocios de productos chinos han sido aceptados por la ciudadanía debido a la accesibilidad de los precios, a quienes realmente les afectan es a los pequeños comercios locales.
Brenda Daniela, vendedora de ropa, mencionó que ahora todas las personas piden en línea y ya no acuden a los negocios que traen sus productos de textileras del centro del país.
Explicó que la calidad de la ropa importada no es la mejor, sin embargo las personas se dejan llevar por el precio tan bajo que ofrecen, y eso genera que las ventas de los pequeños negocios bajen significativamente.