Toda una vida dedicada al arte de las piñatas

Desde hace más de 23 años la señora Judith Alvarado Hernández inició con el negocio familiar de venta de piñatas. Al comenzar, junto a su papás y hermanas, fabricaban menos de 10 y las ganancias las invertían para seguir y aumentar la producción, hasta llegar a más de 200 piñatas.

Con el paso de los años la producción fue aumentando, hasta que en temporadas altas —como Navidad— llegan a fabricar hasta cinco diarias, ya sea de papel o de barro, con todo el proceso que conlleva según los personajes de moda o los que buscan más las personas.

Es una realidad, dijo, que con el tiempo las ventas ya no siguieron iguales porque se distribuyeron entre los diversos negocios que se fueron instalando en la famosa calle de las piñatas, es decir, la calle Central, que abarca desde la 10ª hasta la 13ª Sur, donde se encuentra su casa (entre 12ª y 13ª, número 1370), que es donde vende sus piñatas.

Mencionó que los últimos años han sido complicados para este giro por la pandemia, la cual dejó una severa crisis económica. Este año apenas se está recuperando el nivel de ventas que tenían antes, aunque de forma lenta, cuya competencia todavía es un factor.

Además, con la crisis que llegó aumentaron los precios del papel crepé, china, lustre, metálico y demás insumos que utilizan, lo que afectó directamente al precio final, pues no podían subir de golpe porque significaba perder ventas.

Actualmente padecen algunos problemas como la escasez de los distintos papeles por su alto costo, también de diversas piñatas de personajes difíciles de elaborar, las cuales adquieren con proveedores para tener variedad.

Los personajes más buscados este año son Mario Bross, las de siete picos para las posadas, la estrella de Belén y de David, así como el Grinch y Santa Claus. Los precios varían conforme al tamaño, material y el esfuerzo que lleva, oscilando desde 60, 100, 150, 200 y 250 pesos.

Doña Judith invita a valorar más la elaboración de piñatas, siendo un trabajo artesanal que también causa algunos estragos en los creadores, como en su caso, que le provocó el padecimiento del túnel carpiano en la mano derecha, debido al uso de las tijeras, teniéndola que operar hace tiempo.

Origen de las piñatas

De acuerdo con Marco Polo, el origen de las piñatas se encuentra en las celebraciones de Año Nuevo en China, donde la forma original representaba animales. De ahí la tradición se remontó a Italia y por último, llegó a México.

La típica piñata, cuyos picos simbolizan los siete pecados capitales: pereza, envidia, gula, ira, lujuria, avaricia y soberbia, aunado a los colores del papel con que se adorna, también representa las vanidades del mundo y las tentaciones.

En las posadas, tradición que llegó a México durante la segunda mitad del siglo XVI cuando los frailes agustinos de Acolman, de Nezahualcóyotl, recibieron la autorización del papa Sixto V para celebrar las “misas de aguinaldo”, de igual forma se introdujeron las piñatas.

Originalmente era una olla de barro a la que agregaron papel china para adornarla y hacerla más vistosa. De acuerdo con la tradición, romper la piñata representa la lucha contra el mal.

Las más clásicas son en forma de flores, barcos y estrellas, aunque se dice que la piñata debe ser en forma de estrella, cuyos dulces o frutas que de ella salen al romperla simbolizan las bendiciones que reciben todos aquellos que participan.