En los pasillos del mercado Juan Sabines, de Tuxtla Gutiérrez, se respira el aroma a cempasúchil, los dulces de anís de San Fernando, las calaveritas de azúcar, el pan de muerto y todos los productos representativos que se ponen en la ofrenda del Día de Muertos.
Las familias tuxtlecas se preparan para elaborar el tradicional altar, tal como marca la tradición para recibir a sus seres queridos, para luego disfrutar los alimentos que en vida eran sus preferidos.
De acuerdo con los comerciantes del mercado Juan Sabines, no existe una serie de elementos definidos de un altar pero sí algunos que no pueden faltar como la juncia, el incienso, las veladoras y la flor de cempasúchil.
Es común también en esta temporada la venta de papel picado y el adorno de nailon picado, que es elaborado en el extranjero, pero son elementos representativos de la temporada.
Altares de Chiapas
Chiapas es rico en costumbres y tradiciones, por ello, dependiendo de las regiones, existen variaciones o elementos representativos que por sus características se habla del altar zoque, del altar chiapaneca o del altar maya.
Los altares chiapanecos se adornan con ofrendas típicas como flores, alimentos y bebidas originarias de la región. Cada altar es un regalo de la familia a todos sus difuntos, y estos son adornados con papel de china en colores blanco y morado, el cual debe contar con tres niveles.
En el caso de los altares de tradición zoque, estos contienen comidas, bebidas y dulces que en vida les gustaba a los difuntos. Se les adorna con cortinas, manteles, papel de china picado (en colores blanco y morado), sahumerio, velas, veladoras, fotografías de difuntos y un somé.
Claudia Patricia, de 36 años de edad, es comerciante de diferentes productos, y en el mes de octubre —desde hace años— vende productos para la festividad del Día de Muertos. En el pasillo de la 4ª Sur, los comerciantes han comenzado a vender estos productos desde el pasado 16 del mes en curso.
Las coronas son un elemento representativo de esta fecha, así como las guirnaldas, las tiras de tornasol, papel picado, nailon picado, los cuales se venden a un precio bastante accesible. En este pasillo se encuentran todos estos productos como panes, dulces, adornos, veladoras, flores, frutas, entre otros.
La comerciante Claudia precisó que es una tradición familiar la elaboración de las coronas, las cuales son de nailon, fomi y alambre; “la elaboración es en familia y lleva en promedio dos horas. Lo laborioso es colocar el brillo, cortar el nailon y armar el alambre”.
Compartió que el papel picado es muy solicitado, pues se vende a tres piezas por 10 pesos, las tiras de nailon a 45 pesos, y las coronas en 80 pesos.
A título personal, dio a conocer que en su hogar acostumbran a realizar el tradicional altar, incluyendo algunos productos como jocote curtido, nanche curtido, dulces como cocadas, calaveritas, turrones, panes, cacaté, yuca, flor de seda, flor de cempasúchil, entre otros.
Sin embargo, expuso que no existe un grupo de productos que esté definido en un altar, ya que en el caso de los alimentos es común colocar aquellos que eran los preferidos del difunto o difunta. En otras regiones como en la zona Altos del estado, se pone la tradicional bebida de maíz que es el posh y es común el caldo de carne ahumada.
Es por ello que, en cada municipio, se ponen elementos representativos y que enriquecen la elaboración de estos altares para recordar y honrar a los fieles difuntos.
En este sentido, y en la antesala de la fecha 1 y 2 de noviembre, las familias harán un gasto desde 500 pesos en adelante para realizar las ofrendas que año con año continúan uniendo al mundo de los vivos con el más allá.