Con pancartas que declaraban "Estamos trabajando bajo protesta" y "Exigimos la destitución del Dr. Antonio Aguilar Gómez", personal de la Unidad Médica Familiar No. 24 del IMSS en Cintalapa denunció hostigamiento laboral, negligencia administrativa y desabasto de insumos médicos, situaciones que afectan directamente a los derechohabientes.
En conferencia de prensa frente a la clínica, la enfermera Lesbia Masa García, portavoz del movimiento, reveló que enfrentó acoso sistemático por parte del director Antonio Aguilar Gómez desde 2020.
"Presenté oficios, denuncié formalmente y fui ignorada. Esta lucha la llevé en soledad cinco años, con consecuencias en mi salud y mi bienestar", declaró.
Respaldo
Agregó que hace un mes, 22 de los 25 trabajadores sindicalizados se unieron al descubrir que otras compañeras también sufrían violaciones a sus derechos.
Los empleados detallaron graves irregularidades y subrayaron: el director "nunca viene a trabajar, pero tiene checadas y cobra completo", según evidencias presentadas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Fiscalía de la Mujer.
Además, señalaron desabasto crónico de insumos básicos como preservativos y medicamentos, lo que obliga a pacientes que viajan hasta dos horas a "irse sin sus recetas".
Tras una protesta inicial ignorada, el nuevo liderazgo sindical logró que una comisión del IMSS se reuniera con los trabajadores el viernes pasado.
"Se comprometieron a resolver antes de la próxima quincena", afirmó Masa, exigiendo la destitución inmediata de Aguilar Gómez y solicitando un reemplazo "que respete derechos laborales y conozca las necesidades médicas", dijo.
Ultimatum
La enfermera advirtió que, de no cumplirse, "cerraremos las instalaciones para impedir el ingreso del director, pero seguiremos atendiendo pacientes". Reiteró que los servicios se mantienen normales e instó a los derechohabientes a no suspender citas. Agradeció el apoyo de la CNDH, la Fiscalía de la Mujer de Chiapas y las Secretaría de Igualdad de Género, cuya intervención fue clave para activar las investigaciones.
"Luché cinco años sola, pero hoy sé que la dignidad no se negocia. Ninguna mujer debe callar ante el acoso", concluyó Masa, sosteniendo carpetas con pruebas de sus denuncias.
