Tráfico de animales satura instalaciones del ZooMAT

El problema que representa el tráfico de especies nativas de Chiapas ha provocado que al interior del zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT) los espacios de atención de estos animales se encuentren saturados; además atender a los ejemplares implica un esfuerzo considerable en la alimentación diaria y en la disposición del recurso humano para la supervisión.

Pedro Aguilar Aragón, curador general de Fauna Silvestre y Etología del ZooMAT, informó que por cuestiones sanitarias ha restringido el acceso de aves, y en el caso de reptiles y mamíferos ocurre lo mismo ante la falta de espacios.

El ZooMAT es un centro de conservación de especies silvestres del estado, sin embargo, desde hace muchos años también se han situado como un espacio de atención de decomiso o de abandono de animales. La actividad se hace en apoyo a las instancias que regulan el tema.

“Tenemos una población bastante amplia entre los animales de la colección y los que vienen por este procedimiento, ya sean decomisos como incautaciones o abandonos que la misma sociedad hace”, remarcó.

Demanda de recursos

De los mil 500 ejemplares con los que cuenta el Zoológico, al menos un tercio de esa parte se refiere a especies en abandono y eso se traduce en muchos gastos, debido a que llegan en condiciones de deshidratación o muy pequeños, a los que mayormente hay que terminar de criarlos.

No obstante, después de que se logra estabilizarlos y en lo que se resuelve la situación legal deben mantenerse en óptimas condiciones. Un porcentaje de los ejemplares solo está de manera transitoria, esto ante las circunstancias en la que arriban.

Para tener una idea del esfuerzo que representa atender a los ejemplares, si alguno está en edad de polluelo (en general aves y mamíferos), puede llevar entre tres y 10 años integrarlos a un grupo, para después liberarse en la naturaleza. En todo ese tiempo se tienen que brindar los cuidados.

En el caso de los reptiles es diferente, debido a que esas especies son más aptas para regresar pronto a su espacio natural, por ello debe enfatizarse que existen ocasiones en que los ejemplares (los que se trafican) son mutilados en el trayecto, eso hace que estén de manera definitiva en el ZooMAT y no se puedan soltar ante las desventajas que enfrentarían.

“Y para nosotros, aquí en el zoológico, tampoco es apto exhibir este tipo de fauna, ya que la apreciación del público visitante podría ser equívoca al pensar que esto ha sucedido acá y que están siendo maltratados, cuando el origen es distinto”, remarcó.

Aguilar Aragón consideró que hay dos momentos claves; el primero se relaciona con las rutas de tráfico y el origen, mientras que la otra parte es lo social, es decir, que las personas no compren animales silvestres para tenerlos de mascotas, toda vez que al poseer un mono tienen que sacrificarse dos o tres más de la tropa, y en las aves se pueden morir entre ocho y 10 ejemplares antes de que uno llegue a un hogar.