Transporte escolar está en desuso
Varios planteles implementaron un sistema híbrido, dividiendo a los grupos para alternarlos entre un día y otro. Carlos López / CP

A pesar de que varias escuelas del nivel básico ya retomaron las clases presenciales luego de casi dos años debido a la pandemia, personas que laboran en el servicio público de transporte escolar continúan inactivas o con muy poco pasaje, por lo que muchas han tenido que buscar otras actividades para obtener ingresos y sustentar sus hogares.

Tal es el caso de Teresa Roblero, quien labora como transportista en ese sector desde hace 36 años, pero debido a la pandemia tuvo que cambiar de actividad para sobrevivir, ya que se quedó sin clientes y hasta ahora sigue en la misma situación, quizá dice, por la crisis económica.

A la crisis que ha dejado la pandemia se suma el que varios planteles, como una medida de protección a los alumnos, implementaron un sistema híbrido, es decir, que dividieron a los grupos para alternarlos entre un día y otro o entre una semana y otra, por lo que a los padres y madres de familia no les conviene pagar una cuota del transporte.

En entrevista manifestó que luego de iniciar el ciclo escolar 2021-2022, ha recorrido algunas escuelas que retomaron actividades para buscar clientes, en algunas se le han acercado los padres de familia pero le plantean que como su hijo o hija no acude diario a clases necesitan una cuota más baja, incluso como transporte colectivo.

Cobrar de esa forma, dijo, no les conviene, como colectivo o taxi, porque deben invertir en combustible todos los días, en el mantenimiento de sus unidades, y bajo el contexto de pandemia que prevalece, deben mantenerlas todavía desinfectadas a diario, tener gel antibacterial y cubrebocas disponibles.

Por esa razón sigue inactiva en el servicio; para sobrevivir tuvo que incursionar en el giro de las ventas, viaja a La Mesilla por ropa y vende en su casa y los domingos en el parque de Berriozábal. Lo del transporte escolar no considera dejarlo porque ha sido su oficio toda su vida, fue lo que le permitió sacar adelante a sus hijas.

Ella trabaja en escuelas de nivel primaria, como la Francisco I. Madero, Matías de Córdova, Club de Leones, la Secundaria del Estado y la Secundaria Técnica Número 2, entre otras del lado oriente de la ciudad, todas con clases presenciales escalonadas.

Mencionó que está integrada en un grupo de WhatsApp con otros 11 compañeros que trabajan el transporte escolar y todos están en la misma situación, alternando el oficio con otras actividades para sobrevivir. Panorama similar pasan dos de sus hermanas que se dedican a lo mismo.

En la Unión Fundación 82 a la que pertenece, mencionó que se reunían en la colonia 24 de Junio, pero suspendieron temporalmente las reuniones. Únicamente están promoviendo en los últimos días, enviar a nombre de todos los miembros un oficio a la Secretaría de Hacienda para que les den una prórroga para pagar los permisos que deben cubrir cada año.