Tren Maya afecta la presencia de jaguares

Lucía Hernández, integrante del proyecto “Amo a la ciencia”, realizó un mapeo del territorio de los jaguares (Panthera onca) y su relación con la ruta del Tren Maya, la cual concluyó que existe una afectación a la presencia de jaguares, tanto por la deforestación de la zona como por los peligros por el cruce de los animales y el desarrollo hotelero que devastará las áreas naturales.

“Amo La Ciencia” se trata de un proyecto que nace por la inspiración de enseñar y acercar la ciencia a niñas y jóvenes. Por tanto, una de sus actividades consistió en realizar un mapa sobre el Tren Maya y su paso por territorio jaguar.

Extensión

“El territorio de los jaguares (Panthera onca) se extiende por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, aun cuando el crecimiento de las ciudades haya llevado a esta especie a estar al borde de la extinción”, externó Lucía.

Según el mapa, Chiapas mantiene registro de jaguares en Ocosingo, Benemérito de las Américas, Ocozocoautla, Villaflores y dentro de la Reserva de la Biosfera “La Sepultura”.

De forma específica, las zonas más cercanas entre los jaguares y el Tren Maya dentro de territorio chiapaneco son: Río Chancalá, Chancalá, San Lorenzo, San Martín Chamizal, Nuevo Retiro, Victorico Grajales San Pedro y toda la zona limítrofe del Cañón del Usumacinta compartida con Guatemala.

Las comunidades chiapanecas se mantienen más cerca de la estación Tenosique del Tren Maya, que la ubicada en Palenque.

Oposición

Científicos e investigadores le recordaron el contenido de una carga entregada en noviembre de 2018, tras el anuncio del Proyecto integral de desarrollo del Tren Maya al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

En dicha carta habían expuesto las razones por las que la obra no debía llevarse a cabo, con argumentos y datos que provenían tanto de estudios científicos, como de la sabiduría de los pueblos que habitan la región.

Al mismo tiempo, expusieron que era indispensable “no pasar por alto el principio de la consulta previa, libre e informada de las comunidades indígenas locales afectadas”, que obliga el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los expertos no fueron escuchados y el Tren Maya avanzó por encima de la libre determinación de los pueblos y comunidades, quienes desde tiempos ancestrales habitan ese territorio.

“Sin consentimiento explícito de los pueblos y las comunidades, y sin una consulta a los expertos en quienes el pueblo de México ha invertido cuantiosos recursos para generar un conocimiento sobre el patrimonio biocultural de la Nación”, recalcaron los especialistas.

Así mismo, subrayaron que las obras de construcción afectaban los modos de vida, la biodiversidad, sustentabilidad, calidad ambiental y derechos humanos y existenciales de los pueblos y comunidades que habitan toda la región que dicho proyecto pretende abarcar.