En las Unidades de Manejo Ambiental o Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), como es el caso de la UMA Black Mountain, en la parte norte de Tapachula, se ha trabajado en la conservación de la vida silvestre, pero también como una opción de esparcimiento y convivencia para las familias de esta región.

Ubicación

Localizada entre árboles de ceiba, primavera, tepemixtle y otras especies, en este lugar especies en peligro de extinción tienen la oportunidad de sobrevivir y reproducirse, sin el peligro de la actividad del hombre.

El santuario ecoturístico está ubicado a tan solo 20 minutos del centro de la ciudad, sobre la carretera principal en la colonia Montenegro, entrando por Colinas del Rey, lugar donde las personas puede apreciar la belleza de la flora en convivencia con la fauna nativa que vive en la zona.

La Unidad de Manejo Ambiental para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) Black Mountain es una opción de esparcimiento y convivencia con la naturaleza cerca de la ciudad, misma que pueden aprovechar en el próximo periodo vacacional de Semana Santa los jóvenes y niños.

Objetivo

Este proyecto de conservación de la naturaleza tiene el objetivo de preservar especies amenazadas por el hombre, como el pecarí de collar, el venado cola blanca, coatíes e iguana verde, que está en peligro de extinción

Asimismo, se pueden apreciar 33 especies de aves, entre las que destacan: cucaracheros chiapanecos, cotorras, tucanes, chachalacas, urracas, loros, entre otras.

A través de la visita a este lugar es como los responsables de este espacio han logrado obtener parte de los recursos para su operación, por lo que hay una cuota de ingreso al santuario; sin embargo, apenas y se logra cubrir con los ingresos.

Actividades

En este lugar los visitantes pueden realizar senderismo, ciclismo de montaña, además de que las familias pueden tener contacto directo con la naturaleza.

Black Mountain también promueve el consumo de productos locales en la cocina, por lo que se cuenta con el concepto de turismo experiencial en la cocina criolla, donde se hace una amalgama de sabores de lo criollo, que fue lo que nació en América y los productos tradicionales como el maíz y el frijol que son netamente americanos, particularmente de la República mexicana.