El barrio Santo Domingo en la capital del estado, con la peculiaridad de conservar la arquitectura original de su plazuela e iglesia, suma más de 300 años de historia.
Gracias a esta peculiaridad, el barrio ha adquirido una identidad propia que le ha permitido ser identificado como uno de los más tradicionales de Tuxtla Gutiérrez.
Historia
En este sentido, el coordinador de la capilla, Gabriel Cruz, narró que anteriormente la población zoque utilizaba los terrenos de esta zona para la agricultura, debido a que grandes cantidades de maíz eran cultivadas gracias a la abundante agua que corría a través del Río Sabinal.
Mencionó que este lugar era espacio de reunión de la mayor parte de la población, debido a que varios afluentes de agua se reunían cerca de este punto, por lo que niños, jóvenes y adultos disfrutaban de las tardes a las orillas del Sabinal.
Asimismo, contó que los sacerdotes dominicos fueron quienes establecieron la construcción de cuatro parroquias: Santo Domingo, San Jacinto, San Andrés y San Miguel, las cuales tenían como función coadyuvar ministerialmente con la catedral de San Marcos, pero con el paso del tiempo, dos de ellas fueron destruidas debido a la urbanización, conflictos y al crecimiento de la ciudad, siendo Santo Domingo y San Jacinto los centros religiosos que han sobrevivido al paso de los años.
“Hasta la fecha, es el único barrio que conserva su capilla en su lugar original y sin ninguna modificación, siendo un patrimonio cultural tangible para la ciudad”, expresó Gabriel Cruz.
Precisó que los dominicos —en una muestra de sincretismo religioso— decidieron unir la festividad de los ciclos productivos del maíz, con la celebración del santo patrono por lo que la comunidad destina cada año más de cinco días para su celebración.
Mencionó que al ser una de las capillas más antiguas de la capital, más de 100 sacerdotes han dirigido la celebración eucarística cada domingo desde hace más de 200 años.
“La iglesia fue construida por dominicos y en la parte de atrás se encontraba el hogar de varios obispos, por lo que esta capilla era muy famosa”, detalló.
Al respecto, la presidenta del Comité Barrio Santo Domingo y del Patronato de la Feria 2017, Karina Valdez Valderrama, precisó que este territorio ha pasado por varias etapas, ya que debido al descuido, este barrio ha sido hogar de la delincuencia, prostitución y drogadictos, por lo que desde hace unos meses habitantes realizan acciones para la recuperación del lugar.
“Mucha gente dice que no existen familias habitando en el rumbo, pero se equivocan. Hay adultos mayores con más de 90 años en este lugar, que dan testimonio de la historia de nuestra ciudad, aunque que por su condición difícilmente son vistos en las calles”, afirmó.
Ante esto resaltó que sobre las calles 2ª poniente entre 3ª y 4ª norte existen las personas más longevas del barrio, las cuales han colaborado con las actividades del rescate tradicional que se organizan por las tardes.
Puntualizó que aunque faltan muchas cosas por mejorar, este barrio es uno de los más conocidos y valiosos sitios históricos de la capital, por lo que vale la pena invertir en su conservación.












