La salud mental de los chiapanecos fue desestimada hasta que las consecuencias alcanzaron a la población promedio que estuvo sumergida en diversas condiciones que no estaban siendo atendidas, particularmente tras las crisis por el encierro del covid y el temor colectivo por la presencia de la delincuencia organizada.
Para poder entender esta dinámica, primero las instituciones y la población civil deberán comprender que todos las personas en el mundo, alguna vez padecieron trastornos mentales, explicó el doctor Ulises Córdoba Ochoa, coordinador estatal de Salud Mental y Adicciones.
Atención prioritaria
Partiendo de esta premisa, entendemos que es necesario atender mediante políticas públicas esta dinámica que afecta a todos los niveles socioeconómicos y culturales, siendo relevante para Chiapas incluir esta atención prioritaria.
“El encierro por la pandemia de covid y el miedo por la delincuencia organizada había generado una psicosis colectiva, que acentuó los problemas de salud mental; por fortuna, en esta nueva administración la seguridad permite una nueva realidad”, dijo.
En este sentido y por instrucciones del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar y el secretario de Salud, Omar Gómez, se está trabajando en la construcción de un botiquín de primeros auxilios, que será traducido a todas las lenguas originales de Chiapas.
Un mal que está en todos lados
Y es que los grandes temas de salud mental no son privativos de las grandes capitales, sino de todos los rincones de Chiapas, dijo el doctor Ulises Córdoba, quien además explicó que es importante la atención al suicidio.
Sobre este tema, en 2023 la cifra fue de 250 casos, para 2024 bajó a 230 y en lo que va del 2025 llevamos 100 casos; estas cifras son “engañosas”, pues en muchos centros médicos no registraban los intentos de suicidios, y los daban de alta como riesgos médicos o intoxicaciones.