Alejandro Gutiérrez Velasco, ingeniero civil por la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y maestrante en Gestión de Riegos y Cambio Climático por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), expresó la necesidad de generar una labor de concientización para las personas que viven encima de los embovedados en Tuxtla Gutiérrez, con la finalidad de prevenir tragedias más grandes.
Hace unas semanas, el Ayuntamiento capitalino confirmó la existencia de un socavón en el embovedado del barrio San Roque. Las acciones emprendidas a partir de esa fecha fue trabajar de inmediato debajo de la estructura y retirar los árboles de encima.
Ante ello, Gutiérrez Velasco subrayó que no se trata de un fenómeno reciente, sino de un problema con antecedentes bien documentados; incluso, como parte de su tesis de licenciatura, realizó un levantamiento topográfico detallado del sitio. En este sentido, el ingeniero retomó el trabajo del investigador Martín Mundo Molina, para hablar respecto a la relación entre la erosión y las velocidades del embovedado.
“El proceso constructivo tiene que ser muy minucioso, es decir, el concreto que van a utilizar tiene que ser de una resistencia alta. Y hablamos de unos 300 kilogramos por centímetro cuadrado, una resistencia que es bastante alta porque la concentración y la relación entre los agregados, más lo que es el cemento y otros aditivos, es menor”, expuso.
Prevenir a la ciudadanía
Ante ello, el especialista crítico en la Ingeniería Civil, al ser una disciplina enfocada en la parte gris (cemento) y no tanto en la parte social, abundó que ahora es necesario pensar en la densidad poblacional, la cual puede verse comprometida por algún fallo mayor del embovedado, así como también en la capacidad económica, en caso de suceder algo riesgoso.
“Imagínate que llegara a colapsar (la construcción), podría ser una desgracia bastante grande, teniendo en cuenta que es un andador público, hay negocios y es una zona con mucho tránsito vehicular”, expuso.
Gutiérrez Velasco insistió en no bajar la guardia, ya que podría ocurrir un evento mayor en cualquier momento, estando a unos meses del inicio de la temporada de lluvias.