Con más de 20 años defendiendo los derechos sexuales y reproductivos en comunidades indígenas, la organización FOCA, A.C. alzó la voz para exigir la integración formal de las parteras tradicionales al sistema de salud chiapaneco.
Ervilia “Pili” Castro, representante de la asociación, enfatizó que estas cuidadoras ancestrales atienden a la mayoría de las mujeres en municipios rurales, no solo en partos y embarazos, sino en una visión integral del bienestar comunitario que incluye el cuidado del cuerpo, la mente y el tejido social.
Sabiduría ancestral
“El sistema de salud debe reconocer que las parteras existen desde mucho antes que los hospitales”, declaró Castro en un conservatorio para el Observatorio de Mortalidad Materna (OMM).
Su labor, añadió, es fundamental en regiones con nulo o precario acceso a servicios médicos, donde su conocimiento empírico previene complicaciones y salva vidas.
Criticó además el trato discriminatorio cuando las parteras refieren casos a hospitales, destacó “las hostigan con preguntas, en lugar de aceptar sus criterios sin cuestionamientos”. La activista citó la Norma Oficial 020, que obliga a establecer mecanismos de vinculación intercultural, como marco legal incumplido.
Denunció que las autoridades sanitarias ignoran su responsabilidad de garantizar colaboración horizontal entre médicos y parteras, sin jerarquías. “Debe ser un trabajo a la par: el personal de salud no puede verlas como inferiores”, insistió.
Beneficios
Según FOCA, formalizar esta alianza traería beneficios concretos al reducir la mortalidad materna al agilizar la detección temprana de riesgos, eliminaría el rechazo en traslados de emergencia y generaría confianza en las usuarias.
Castro recordó que las parteras son reconocidas por sus comunidades y ayuntamientos como guardianas de saberes ancestrales que protegen a madres, recién nacidos y población en general.