Tras la rodada organizada por la fundación Granito de Arena que busca visibilizar y apoyar a menores víctimas de abuso sexual, el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, advirtió que en Chiapas este delito se vive en silencio, sin registros actualizados y sin estrategias integrales de prevención.
El prelado señaló que la entidad carece de cifras oficiales desde 2019, casi siete años sin información precisa sobre la magnitud del problema.
“Todos sabemos que existe, pero muchas veces no se menciona. Falta una cultura de respeto dentro de las familias, incluso hacia los más inocentes”, expresó.
Núcleos cercanos
González González subrayó que un gran porcentaje de los abusos se comete en entornos cercanos, ya sea por familiares o vecinos, lo que hace indispensable fortalecer la educación afectiva desde los hogares.
“Si la sexualidad y los afectos no se educan, se desbordan. La falta de formación permite que se cometan abusos sin importar si fueron planeados o no”, explicó.
El arzobispo también cuestionó que aunque existan leyes con penas de hasta 100 años de cárcel, estas medidas punitivas no resuelven la raíz del problema.
“Es prácticamente una condena de por vida. Las familias gastan lo poco que tienen para intentar liberar a sus acusados, pero eso no evita que los niños sigan siendo vulnerados. Se necesita trabajar en prevención y respeto desde la casa, la escuela, las iglesias y los espacios comunitarios”, subrayó.
Asimismo, lamentó que a los niños “se les mata la inocencia” desde edades muy tempranas, incluso desde algunos entornos de educación formal que, dijo, promueven una idea de sexualidad sin responsabilidad.
Además, advirtió sobre discursos emergentes que, a su juicio, podrían intentar normalizar conductas como la pedofilia.











